Nueva versión del viejo sitio www.Lodelpampa.com.ar

Autor: Pampa (Página 2 de 8)

Hombre multifunción, si los hay. Capaz de ir manejando, te va diciendo cuanto falta para el destino fijado, cómo se llama el accidente geográfico que estamos transitando según IGM, te cuenta la historia del puestero que se ve allá lejos, al que lo llamó por teléfono para pedirle permiso, mientras va buscando la llave de 10 mm para ajustar el soporte del chirimbolo que guardó adentro del farol que se saca abriendo la guantera, corriendo el pitutito que hace que no se caiga el soporte del gps. Todo eso mientras te ceba un terrible mate helado con su típico gorrito Adidas color violeta.
Y si necesitas una clampetita para el transbalador delantero, pedísela en medio de alguna desolada meseta, que él tiene una.
Asi es Pampa.
Y así lo queremos.

CANAL 9 DESDE DOLORES A RP29 E INTENTO DE CANAL 11

07 de julio de 2024

Con temperaturas rozando el cero pero anticipando un día soleado, Elsa y Cecilia se reunieron en la elegante nueva estación de servicio Shell en Dolores. Allí, además de abastecerse de combustible, disfrutaron de un café caliente antes de dirigirse al corazón del canal 9.

Para darles una perspectiva, el Canal 9 drena aguas de una vasta área del interior de la provincia de Buenos Aires, con afluentes principales como los arroyos Tapalqué, Azul, De los Huesos y Pantanoso, entre otros.

Teníamos previsto recorrer la margen sur, ya que las imágenes satelitales y mi experiencia anterior al fin de la pandemia indicaban que el tramo cercano al Paraje El 80 estaba desprovisto de huellas. No obstante, al tratar de acceder desde la Autovía 2, nos encontramos con una barrera continua de guardarrails que nos bloqueó el paso, y al intentarlo desde el viejo puente arqueado de la antigua Ruta 2, una zanja profunda excavada por una retroexcavadora también nos impidió el paso.

Nos dirigimos entonces por la margen norte, que al principio mostraba un camino claro en las imágenes satelitales, pero que se desvanecía al acercarnos a un endeble puente, del cual no estábamos seguros de poder cruzar, o siquiera de que hubiera un tránsito sencillo hasta El 80 por esa misma orilla. Sin embargo, nuestra intención era investigar y vivir una aventura…

La huella, siguiendo el coronamiento del terraplén, resulta que estaba perfectamente entoscada y podíamos avanzar a buen ritmo.

Nos detuvimos a curiosear la primera compuerta de muchas que encontramos y empezamos a sorprendernos de las construcciones realizadas a principios de siglo, cuando se construyeron estos canales.

Seguimos por un muy buen camino hasta que divisamos el puente donde supuestamente cambiaríamos de ribera, según nuestros relevamientos previos.

El puente estaba sólido aunque un poco revirado pero en caso de necesidad era utilizable. Lo llamativo era que tenía una sección levadiza, fuera de servicio pero que alguna vez funcionó. Vaya a saber el motivo ya que suena extraño que algo haya navegado allí y que hubiera requerida esa opción.

Sobre el puente había unos campesinos que por alguna razón inexplicable estaban poniendo tierra sobre el puente con una carretilla. A ellos les consultamos sobre la manera de llegar al Puente del 80 y nos dijeron que antes había que cruzar este puente e ir por la margen sur pero que habían terminado el camino por la margen norte. Ahora se puede recorrer por ambas márgenes aunque está más transitable la norte.

Continuamos por la margen norte por un solitario camino de excelente piso donde nos deleitaban la gran cantidad de aves de todo tipo que hallábamos a nuestro paso.

Por supuesto a medida que avanzamos paramos a contemplar más compuertas, parecidas pero diferentes.

Así finalmente alcanzamos el Paraje El 80, donde el origen del llamativo nombre es tan simple como que se encuentra en el km 80 del Canal 9, contados desde su desembocadura en la Bahía de Samborombón.

Allí aparece uno de esos elegantes puentes de hierro reticulado traídos desde Alemania a principios de siglo para prever el cruce de estos canales por rutas que en algunas casos hoy todavía no existen. No éste el caso, ya que tiene asociado un camino vecinal que une Castelli y Pila con la RP60.

Sin embargo su solidez se vio afectada por el ambiente salino de la zona o tal vez de los vientos del este que lo traen desde el mar y sus gruesos perfiles se corroyeron lo suficiente para que deba clausurarse hace muchos años cuando un camión casi termina en el fondo del canal. Un moderno puente de hormigón lo suplantó pero permanece a su lado como recordando que se lo cuide porque seguramente seguirá el mismo destino.

Nos detuvimos bajo los dos puentes, dentro de la zona del canal, para comer unos sándwiches y yo aproveché para ir al puesto policial cercano, ya que sabía que allí tienen señal de Internet y necesitaba enviar un mensaje.

El policía que me atendió me dijo que las obras de mejoramiento del camino costero del canal seguían hasta el Puente de Las Chilcas y que seguir hasta la RP29 nos iba a resultar sencillo, nada que ver con lo que yo conocía de un recorrido inmediatamente posterior a la pandemia que era un muestrario de cuevas de vizcachas.

Retomamos el camino hacia la RP29 y, efectivamente, se estaban realizando trabajos de entoscado en el camino costero. Estaban extrayendo material del interior del canal y, por ahora, creando una cordillera de tierra a lo largo del lado izquierdo del camino y una gran zanja dentro del canal.

Bajo esas circunstancias, arribamos al Puente de Las Chilcas, hermano gemelo del Puente del 80. Este puente es uno de los muchos que no se integraron a la red vial y nunca se ha utilizado masivamente, sólo ocasionalmente por algún vecino esporádico. Sorprendentemente, su estructura se conserva en mejor estado que la de su par del 80 , a pesar de que solo los separan 20 km. Las Chilcas se encuentra en el kilómetro 103 del canal.

Apuramos el paso porque la hora avanzaba y todavía faltaba mucho para el destino previsto, que era llegar a Las Flores siguiendo el Canal 11.

Igual nos hicimos tiempo para pisar el larguísimo puente de hormigón de la ruta vecinal que une Pila con Casalins y lo que queda de un puente levadizo similar al que vimos hace unas horas, pero al borde del colapso.

Cruzamos la RP29, que discurre en paralelo al desmantelado ramal Chas-Ayacucho, y llegamos al final, o mejor dicho al inicio, del canal 9, ya que nace en la confluencia de los canales 11 y 12.

Unos kilómetros más adelante, sobre la orilla norte del canal 11, alcanzamos el Puente del Zorro, otro de los venerables puentes alemanes. Este se encuentra en buenas condiciones y sobre una ruta vecinal bastante transitada, por lo que no nos resultó tan sorprendente por repetido.

Aquí se terminaron los caminos fáciles. Desde el puente del Zorro hasta casi la RP30, hay unos 30 km y la única guía es la traza del canal y la suerte. Ya era bastante tarde, el frío se ponía pesado pero igual intentamos al menos para ver qué onda. Si se complicaba desde el Puente del Zorro, por caminos vecinales podíamos llegar a Las Flores y dar por terminado el día.

Al final, después de unos muy lentos 8 km decidimos abortar el intento, no tanto por la dificultad sino por el horario y la luz. Mañana lo intentaríamos desde Las Flores, sabiendo que hasta aquí se podía llegar.

Raudamente nos volvimos a Las Flores donde unas simpáticas Tiny Houses nos esperaban con las salamandras a full, para compartir una velada entre amigos.

RECORRIENDO CANALES CON AUDIENCIA REAL

6 y 7 de julio de 2024

Cuando la lógica indicaba que en plena ola de frío polar lo mejor era quedarse en casa a recorrer canales con el control remoto e incrementar la audiencia televisiva, resulta que salimos de campaña a recorrer canales de desagüe en plena provincia de Buenos Aires y terminar teniendo una real audiencia en una abandonada estación ferroviaria.

Fuimos de la partida cuatro locos, Elsa y Cecilia por un lado y Adriana y yo por la otra, con el regreso estelar al ruedo de mi querida Pampa 02.

Les dejo unas fotitos y en breve desfilarán los reportes:

EL CANAL 9 DESDE DOLORES A RP29 MAS INTENTO DE CANAL 11

LAS FLORES Y EL GUALICHO

EL CANAL 11 ENTRE RP30 Y PTE EL ZORRO MÁS FINAL DE CANAL 12

PARAJE REAL AUDIENCIA

SURTIDO DE RAMALES Y OTRAS YERBAS

12 de mayo de 2024

<< GARDEY

Tras un agradable paseo por Gardey, nos dirigimos hacia María Ignacia, no por la ruta directa junto a las vías, sino por caminos secundarios que ofrecían la promesa de hermosos paisajes rurales serranos, los cuales resultaron ser un verdadero deleite al recorrer.

Ya conocíamos de otro viaje la estación VELA que es el nombre ferroviario de MARIA IGNACIA, así que nos dedicamos a visitar el pueblo en sí. Me llamó la atención una vieja estación YPF en venta a la que seguramente algún emprendedor le dará algún uso ingenioso. Al igual que Gardey es encantador, hasta gallina sueltas en la calle vimos, lo que muestra la paz que reina aquí.

Costeando las vías del ramal activo para cargas VELA-BARROW, nos dirigimos hacia el poblado de ESTACIÓN LOPEZ, curioso nombre ya que «estación» es parte del mismo. El pueblo es muy pequeño pero muy prolijo, como casi todos los de la zona, aunque éste ya pertenece al partido de Benito Juárez.

Otra característica de estos pueblos es el diseño asimétrico de su trazado urbano, que siendo en plena llanura es llamativo

La estación ferroviaria está en ruinas porque un tornado la arrasó en el pasado pero así y todo la conservan en condiciones como patrimonio histórico, pese a que seguramente hubiera sido más sencillo demolerla, como han hecho en otros lugares.

Continuamos hacia el remoto pueblo de TEDIN URIBURU, junto al ramal ferroviario desactivado CHILLAR-VELA, donde la estación está ocupada y solo puede ser apreciada desde afuera. Los carteles no están presentes.

Al igual que el pueblo anterior, su diseño es peculiar, destacando una enorme plaza con forma de rombo. Era domingo al mediodía y el lugar lucía desolado.

Continuamos explorando más estaciones en distintos ramales, lo que nos llevó a cruzar el arroyo de Los Huesos por el antiguo Puente San Francisco, descubriendo con agrado un cauce de agua considerable; el puente probablemente formó parte de un Camino Real en tiempos pasados. Sobre el hormigón hay varias placas de granito tallado con inscripciones de distancias y otras frases patrióticas que datan de 1929.

Al descubrir el trazado del desmantelado ramal ARROYO DE LOS HUESOS-CHILLAR, visitamos lo que queda de la estación MARTIN FIERRO, una pequeña localidad extinta que llegó a contar con una escuela y que ahora se ha transformado en una prolija estancia..

Desde ese punto, siguiendo los caminos vecinales que bordean la Boca de las Sierras y pasando por detrás del Parque Eólico Los Teros, se llega a la RN226, a pocos kilómetros de AZUL. Allí fuimos a visitar la entrada del cementerio local, coronada por el imponente Ángel Vengador de hormigón, obra del Arquitecto Salamone.

Aunque nos quedaba poco hilo en el carretel, decidimos visitar dos estaciones más perdidas en el ramal activo AZUL-LAS FLORES.

Al seguir las vías, llegamos a la ubicación de VICENTE PEREDA, donde lo único que parecía haber era un pequeño bosque. Sin rendirnos, retrocedimos hasta un paso a nivel situado unos 300 metros atrás, y desde allí pudimos ver el cartel. Abandonamos el vehículo y nos dirigimos a pie para tomar fotos, esquivando varios cerdos que pastaban sobre las vías.

El edificio de la estación había sido demolido, no quedaba nada; el terreno del complejo ferroviario, como suele suceder, se había transformado en una granja porcina (Chanchería en castellano antiguo)

Con ciertas reservas, debido a que el camino estaba poco transitado, continuamos junto a las vías hacia la enigmática SHAW, oculta en una densa arboleda que domina casi toda la estación.

Al hallar la manera de aproximarnos a pie, nos dimos cuenta de que estaba más que oculta; estaba totalmente devorada por la vegetación, incluyendo los galpones. La única área despejada era la zona de las vías, por donde aún circulan los trenes de carga. Los dos carteles seguían erguidos.

Con esta visita concluimos nuestro raid ferroviario de fin de semana y comenzamos el regreso por la RN3.

Cerca de Gorch, un supuesto atajo hacia General Belgrano nos atrajo y decidimos aventurarnos por caminos rurales solitarios al sur del río Salado, para finalmente regresar a casa por la RP29.

GARDEY, un pueblo encantador

12 de mayo de 2024

Amaneció muy fresco en Gardey. Incluso dentro de nuestra cabaña también había bajado la temperatura porque, claro, ninguno de los dos se levantó durante la noche a alimentar la salamandra.

El día despuntó muy lindo y pudimos comprobar la belleza del lugar donde recalamos anoche, el complejo de cabañas EL OTA.

El bosque de eucaliptos es encantador y las cabañas están bien separadas como para tener suficiente privacidad. Muy lindo lugar para descansar y excelente la atención de su dueño Daniel. Muy recomendables!

Desayunamos tranquilos, acomodamos los bártulos en la chata y salimos a completar el recorrido mientras regresábamos a casa.

Nos dimos una linda vuelta por GARDEY, que nos impresionó muy gratamente por la prolijidad y tranquilidad: pueblo con bicicletas sin cadenas en la calle, seguro es un buen lugar para vivir.

Por la hora que lo recorrimos parecía un pueblo completamente desierto, como lo documentan las fotos que siguen: calles y plazas sin humano alguno.

Las edificaciones antiguas están muy bien preservadas y es placer contemplarlas. Y hay muchas!

La estación está muy linda y cuidada y ahora funciona como Biblioteca Popular.

No hace tanto existía un tren turístico que salía de Tandil pero ya no corre, sin embargo parece lista para entrar en actividad cuando se lo requieran.

Seguimos con rumbo a María Ignacia, por caminitos serranos

POR EL RAMAL TANDIL – LOBERÍA y UNA YAPITA…

11 de mayo de 2024

<< DE PUERTA DEL DIABLO

Nos dirigimos por caminos entreverados tratando de acortar distancias hacia EL LENGUARAZ, lo cual resultó un fracaso ya que al final varios de los que figuraban como atajos en el GPS terminaban dentro de estancias con candados en sus tranqueras. Terminamos haciendo muchos kilómetros más de lo planeado.

Igual nos la ingeniamos para llegar a esta estación de nombre tan particular, que es una de las tantas que prácticamente no tienen un poblado a su alrededor aunque si tiene una hermosa escuela que todavía funciona, tal como nos contó el morador de la estación, que a su vez es el portero de la escuela desde hace muchos años.

El edificio, de dos plantas, es enorme y casi desproporcionado para el entorno, pero se encuentra en excelentes condiciones, probablemente porque siempre contó con alguien que previno el vandalismo que, de otro modo, habría sufrido como la mayoría. Tal como observamos en otras estaciones que visitamos posteriormente, la longitud del andén refleja el optimismo de sus diseñadores; igualmente impresionante es el tamaño de los galpones.

Dejamos EL LENGUARAZ y por el clásico camino que costea las vías nos dirigimos a LICENCIADO MATIENZO, un pequeño poblado de sólo nueve manzanas, donde encontramos una réplica exacta de la anterior y de las que nos quedaban por ver durante el día.

La fachada de la estación, visible desde el pueblo y adornada con un parque infantil, presenta un aspecto atractivo y bien mantenido. Sin embargo, está claro que alguien ocupa el lugar, ya que el interior contrasta marcadamente en su estado. A pesar de que parecía deshabitado, no me animé a meterme, por lo que tuve que ser astuto para tomar algunas fotografías del andén y las señalizaciones..

En el predio de la estación hay una gran cantidad de silos bolsas lo que indica gran actividad agrícola.

Continuamos bordeando las vías hacia la próxima parada, SAN MANUEL, que conserva un estilo similar. La estación aquí está más integrada con el pueblo, con el edificio funcionando como un Museo Histórico y las tierras ferroviarias convertidas en un parque público; hasta construyeron una cancha de bochas en el andén. Vimos a muchos jóvenes reunidos, tomando mate y disfrutando del soleado sábado por la tarde en el predio del ferrocarril.

SAN MANUEL es un muy lindo pueblo de unas 35 manzanas, muy prolijo y parece pleno de actividad.

Nos restaba visitar una última estación de las previstas para el día, NAPALEOUFÚ, un pequeño poblado junto a la RP227, donde observamos nuevamente el mismo diseño de edificio por cuarta vez. Sacamos fotos de práctica, las cuales podrían haberse confundido fácilmente con las de las otras tres estaciones sin que nadie notara la diferencia. Evidentemente, los constructores contaban con un único diseño que implementaron consistentemente en esta línea.

Todavía nos quedaba un poco de luz antes de ir a alojarnos a GARDEY en unas bonitas cabañas que descubrimos googleando. La vez pasada, cuando vinimos a a zona nos había quedado sin investigar la parte oeste del Paso de la Muerte y decidimos ir a asomarnos del otro lado.

Antes de llegar a TANDIL, tomamos unos caminos serranos solitarios pero encantadores, y nos fuimos acercando hasta que el sendero se acabó a tres kilómetros del cruce. Un pastizal alto se presentó, pero se podía intuir que, con precaución, era posible continuar con el vehículo, lo cual hicimos por un kilómetro y medio más. Aunque era factible seguir, no era prudente hacerlo solos, ya que era imposible discernir lo que había debajo. Sin embargo, la curiosidad prevaleció y, aunque la luz empezaba a disminuir, decidimos explorar a pie un poco más para evaluar su viabilidad para el futuro intento de atravesar el Paso de la Muerte con chatas.

Avanzamos un kilómetro mas entre los altos pastizales, con cierto riesgo ya que vaya a saber con que bicho nos podíamos encontrar, pero la curiosidad pudo más y alcanzamos a divisar a 500 metros el arroyo Las Chilcas y el famoso paso, sin observar obstáculos insalvables. Cuando encuentre algún socio, seguro con las fiel Pampa 02 me le animo: habrá que trabajar un rato pero es un lindo desafío.

Nos volvimos, casi a oscuras y nos encaminamos a GARDEY a las cabañas EL OTA, en el medio de un denso bosque de eucaliptos.

Hacia bastante frío y una salamandra encendida nos esperaba y donde cenamos el locro que nos habíamos traído listo para calentar.

Mañana todavía teníamos un variado y extenso regreso ferroviario, previa escala en GARDEY

A LA PUERTA DEL DIABLO POR EL CAMINO DE LOS CURROS

11 de mayo de 2024

El viaje empezó el sábado bien temprano en Florencio Varela desde donde salimos en busca de paisajes serranos y estaciones ferroviarias. Esta vez usamos la RP29, que ahora está en bastantes buenas condiciones y en estos fines de semana no turísticos tiene poco tráfico y es muy tranquila, como para manejar relajado tomando unos mates.

El único tramo feo es alrededor del puente del Samborombón, donde está en construcción un segundo puente paralelo, pero es bastante corto.

Después de Ayacucho, todavía en la RP29, tomamos un atajo por una vieja ruta de tierra rumbo a Dos Naciones, donde empezamos a disfrutar del colinoso entorno.

Ya luego de Dos Naciones, que no visitamos porque había sido objeto de un paseo anterior, pusimos proa a lo que nos había quedado en el tintero: la Puerta del Diablo. Si bien este tramo de enlace ya lo habíamos realizado, hacerlo en sentido inverso nos proporcionó perspectivas diferentes que disfrutamos mucho.

Al llegar al cruce con el camino que nos conduciría a la Puerta del Diablo nos sorprendió un cartel que anunciaba el «Camino de los Curros».

Como imaginarán enseguida pensamos qué tendrían que ver los políticos con este camino, pero pese a que no aclaraba mucho más, entendimos que tendría que ver con el pajarito que se mostraba en la foto del cartel.

Cuando tuviéramos señal de internet lo chequearíamos, ya que allí en plena naturaleza, por suerte no había…

Este Camino de los Curros está bordeado a ambos lados por unos arbustos de un verde muy llamativo y hacia el final del mismo se visualiza un abra en un cordón serrano que indudablemente debería ser la famosa Puerta del Diablo.

Unos kilómetros más adelante nos introdujimos en esa abra, que sin ser algo espectacular es bastante cerrada y muy pintoresca: alberga un arroyo temporario y una bonita estancia muy arbolada: La Serranita.

Allí hicimos un alto en el camino y aprovechamos para comer unos ricos sándwiches de milanesa que trajimos de casa.

Cuando retomamos el viaje, prontamente salimos a la RP227, la cual cruzamos con la intención de iniciar un extenso periplo ferroviario por el ramal que une Tandil (Desvío Aguerre) con Lobería.

Sobre la ruta pudimos tomar señal fugazmente y nos sacamos la duda de los curros: ninguna de las dos suposiciones era la correcta, ya que el motivo del nombre eran justamente los llamativos arbustos, que ahora que miramos bien, son característicos de la zona, aunque no en la misma densidad que en este particular camino. Les dejo el link que encontramos para mayor información: https://florabonaerense.blogspot.com/2021/12/camino-de-los-curros.html

Nos vemos sobre las vías, en El Lenguaraz

POR LOS ALREDEDORES DE TANDIL

11 y 12 de mayo de 2024

La zona serrana próxima a Tandil, Balcarce y Lobería es muy atractiva; no tiene la majestuosidad y la imponencia de los paisajes cordilleranos pero posee una serena y balanceada belleza que nos da gusto recorrer, combinando los ondulantes caminos vecinales que se adentran en los campos multicolores cultivados con los trazados e instalaciones ferroviarias que tanto nos apetecen.

Este fin de mayo volvimos a la carga. Elegimos unas cabañas muy bonitas en Gardey y con centro allí hicimos un extenso recorrido visitando parajes y estaciones ferroviarias a lo largo de todo el fin de semana.

Así es como estuvimos en Dos Naciones, Puerta del Diablo, El Lenguaraz, Licenciado Matienzo, San Manuel, Napaleofú, Paso de la Muerte (de nuevo), Gardey, María Ignacia, Estación López, Tedin Uriburu, Puente San Francisco, Martin Fierro, Cementerio de Azul, Vicente Pereda y Shaw.

Todo en un día y medio, utilizando caminos rurales, fuera de las rutas asfaltadas.

Les dejo un puñadito de fotos y en los próximas entradas, les iré contando detalles de cada lugar.

LA SALIDA NORTE DE HUARACO Y REGRESO POR PAYUNIA

01 y 02 de abril de 2024

<< HUARACO DESDE EL SUR

Nos despertamos virtualmente congelados. La noche había sido muy fría y los termómetros de las chatas descendieron hasta -5°C a las 8:00 am.

Por suerte, mi espalda acusó poco recibo del porrazo de ayer y no sentí nada que un Actrón no pudiera solucionar. El día de manejo estaba asegurado.

El amanecer nos regaló imágenes indescriptibles, de colores cambiantes a medida que febo se iba asomando entre los cerros.

La bruma sobre las aguas insólitamente quietas debido a la falta de viento, creaba una atmósfera mágica que luego se fue diluyendo hasta convertirse en un día luminoso de sol mientras desayunábamos algo caliente para sacarnos el frío.

Todos estábamos ansiosos por transitar la parte final y desconocida de la travesía, que podía resultar en un gigantesco fracaso por la cantidad de kilómetros que tendríamos que desandar si algún obstáculo nos impedía completar el recorrido.

La gran duda era un zigzag muy vertical hacia el final, donde un pequeño derrumbe nos podía dejar «fuori».

La caravana arrancó rodeando Huaraco por el este, ya que por el oeste el pedrero era virtualmente impasable. Pablo, que había hecho el relevamiento satelital, tomó el comando y nos lideró por la huella, en muchos tramos bastante borrosa.

Huella muy entretenida, que primero trepa hasta casi hasta los 2600 msnm y después, por los filos desciende acompañando el profundo cañón del arroyo Huaraco; alterna tramos de estepa con afloramientos de lava volcánica, con impactantes visuales de la cordillera del Viento. Cada tanto se descuelgan otras huellas que conducen vaya a saber dónde y que serán objeto de algún futuro viaje.

El tramo final, donde el temido zigzag nos tenía preocupados, estaba en buenas condiciones pero las curvas son tan cerradas que requieren negociar varias maniobras para sortearlas.

Con gran alegría divisamos la RP53 con la satisfacción de haber logrado cerrar un nuevo circuito cordillerano alrededor del volcán Domuyo, que por la situación climática, apenas vimos fugazmente.

Un rápido tránsito hasta Barrancas donde reaprovisionamos combustible (hay que tomarse un tiempo porque el que atiende la estación tiene múltiples actividades y hay que esperarlo) y desde allí subimos por la RN40 hasta «La Pasarela», donde obligatoriamente tomamos unas fotos.

Luego nos metimos en la Payunia por la RP183, atravesando el yacimiento petrolero «El Fortunoso».

Luego tomamos las RP186 y RP180 bordeando la reserva natural de la Payunia y previa escala fugaz en Mina Ethel, seguimos hacia Agua Escondida y La Humada con destino final Santa Isabel, donde pasamos la noche y compartimos la última cena del viaje con el grupo.

Al día siguiente, salimos muy temprano hacia Buenos Aires y antes de caer la tarde, ya estábamos en casa.

Un finde XXL muy bien disfrutando con los amigos de siempre, a los que les agradezco la excelente compañía.

El norte de Neuquén, nunca falla.

Hasta la próxima

DE LAS OLLETAS A HUARACO POR LA RP68

31 de marzo de 2024

<< CAJÓN DE LOS NEVADOS

El domingo de Pascuas nos encontró en las estribaciones de la cordillera del Viento, con el objetivo de llegar a nuestra esquiva laguna Huaraco, un vieja aspiración no cumplida.

Desayunamos con una Rosca de Pascuas que habíamos traído para la ocasión y después empezamos el día haciendo un breve desvío yendo a visitar Las Olletas, donde un enorme piquete de chivos casi no nos deja pasar.

Las Olletas son unos pequeños geiseres en el cauce del arroyo Covunco , el cual corre en una profunda garganta tallada en la roca.

Desde donde se dejan los vehículos hay que caminar unos dos kilómetros por una angostita huella de herradura que te lleva hasta el lugar donde se encuentran estos continuos afloramientos de agua hirviente.

Un geiser con bastante presión y temperatura
Lindo para hervir el puchero….

Mientras disfrutábamos de estos fantásticos fenómenos naturales, nos alcanzó el rebaño de chivos y la caballada que habíamos sorteado más atrás.

El arreo cruzando el Covunco

Acá el espectáculo era más llamativo porque casi todos tenían que pasar por un angostito puente sobre el arroyo y el amontonamiento era monumental. Los increíbles perros que las guiaban trabajaban a destajo para que no se desordenaran.

Volvimos a las chatas para emprender la aventura de la RP68, que todos teníamos muchas ganar de conocer.

El día estaba gris y con pinta de empezar a lloviznar pero esto no iba impedir encararla. La RP68 fue abierta recientemente y conecta el norte neuquino en forma directa con Chos Malal sin pasar por Andacollo, cruzando el corazón de la Cordillera del Viento, muy cerca del Domuyo.

Su trazado es impresionante, ya que todo el tiempo, excepto cuando se transita la Pampa Ferraina, parece que vas volando en un avión sobrevolando los profundos cañadones por prolijos caminos de cornisa, que por ahora, por cuestiones de seguridad, sólo es recomendado para vehículos 4×4. Cuando la llovizna creció en intensidad, entendimos el porqué de la recomendación, ya que el piso es básicamente de tierra y se vuelve resbaladizo.

No llegamos hasta el final de la RP68 en Tricao Malal, porque nuestro objetivo era otro y después de vadear el río Curi Leuvú, tomamos un desvío a la izquierda que nos hizo pasar por la sorprendente laguna Palao, a los pies del cerro homónimo.

Esta laguna se mostró con un inesperado e intenso color verde esmeralda que se llevó las mejores fotos del viaje. El cerro Palao, parcialmente cubierto por la nubosidad mostraba que había recibido alguna suave nevada durante el día y nos presagiaba una noche bastante extrema.

Seguimos hacia adelante, torciendo hacia el norte con rumbo a la laguna Huaraco, ahora por una huella cada vez menos transitada y despareja, atravesando un terreno decididamente de origen volcánico.

Después de vadear el arroyo Poñihue, la última trepada nos depositó en la remota y desolada laguna Huaraco, donde teníamos previsto acampar.

El frío, la llovizna y el viento reinante no la hacían el mejor lugar pero a esta altura del día no teníamos opción. Encontrar un lugar con algo de reparo y despejado de piedras dio bastante trabajo pero al final nos conseguimos apiñar cerca de una pared rocosa donde pese al frío conseguimos calentar un explosivo guiso de lentejas que había traído Pablo que degustamos con voracidad.

Mientras tanto, la anécdota fue que mientras yo bajaba cosas de la caja de la chata, le erré a un escalón de piedra que había acomodado para subir y caí de espaldas al piso. Muy milagrosamente no me hice nada: podría haberme lastimado seriamente si alguna piedrita se interponía entre mi espalda y el suelo pero por suerte no pasó de un gran susto.

Un atardecer increíble despidió un intenso día mientras la bajada de temperatura se hacía sentir.

Mañana intentaríamos salir por una huella desconocida hacia Barrancas, cerrando el circuito.

SALIDA NORTE DE HUARACO >>

CAJON DE LOS NEVADOS Y TERMAS

30 de abril de 2024

<< LAGUNA FEA

La noche de campamento no fue tan brava como los guardafaunas nos habían anunciado o nosotros estamos bastante curtidos con el clima cordillerano.

Comentábamos durante el desayuno que sería bueno que también hubieran subestimado el estado del camino del Cajón de los Nevados, ya que nuestro destino previsto implicaba no demorarnos mucho para poder acampar en la recóndita laguna Navarrete, más allá de Manzano Amargo.

Antes que nosotros había salido hacia allá una camper 4×4 que había acampado cerca nuestro y la vimos pasar de regreso. Mala señal, aunque era un vehículo no muy aguerrido para un camino que tuviera medianas complicaciones.

En mi caso es la cuarta vez que lo recorro y la verdad que siempre fue un paseo de baja dificultad así que lo encaramos con optimismo.

No duró mucho. Un extenso mallín sobre el que cruza la ruta, normalmente seco, era un barrial infernal y había sido el culpable el regreso del camper que cité.

Lo estudiamos un poco y decidimos encararlo dejando las chatas con malacate (Pablo y Hugo) para el final por si Matías y yo nos quedábamos en el lodazal.
También había chances de sortearlo por arriba, pero había algunas inclinaciones laterales que de momento intentaríamos evitar.

La verdad que era la primera vez que iba a meter a Ranger en un lindo despelote pero tenía ganas de probarla en serio. Ayer había respondido muy bien a las trepadas, ahora le tocaba el barro.

Medí bien por donde y le metí «a lo Pampa» como si estuviera a bordo de la Vitara. Y se la bancó sin problemas. Los 210 HP para algo sirven…

A Matías no le fue tan bien puesto que yo ya había estropeado bastante el terreno y hubo que sacarlo para atrás con el malacate de Pablo. En el segundo intento, con pie más pesado, pasó también.

Les tocó el turno a Pablo y Hugo y para mi sorpresa también se encajaron. Al final la Ranger estándar les pintó la cara a todos jajaja.

No era un buen comienzo y era un indicio que no iba a ser un paseo rápido como otras veces. Y así fue: multitud de obstáculos, ninguno extremo pero los suficiente para imponer un ritmo mucho más lento de lo deseado.

Infinidad de vadeos muy desparejos dañados por las lluvias recientes, muchas piedras para esquivar o correr, muchas grietas y cortadas, algún que otro sector con barro convirtieron nuestra duración prevista de tres horas en más de seis hasta llegar la laguna Varvarco Tapia. Apenas habíamos hecho escasos 40 km donde muy rara vez anduvimos a más 20 km/h

Nada de que quejarse, este camino se puede recorrer mil veces y a cualquier ritmo siempre será una delicia para un aventurero.

Se rozan los 3000 metros de altura hasta una divisoria de aguas, se disfruta de hermosas montañas como el cerro Crestón y de ignotas lagunas de altura sin nombre y se recorren dos arroyos de punta a punta: Los Nevados hasta su nacimiento y el Crianza desde su nacimiento hasta su desagüe en la Varvarco Tapia.

Al llegar a Los Cerrillos, concluimos que el propósito de la laguna Navarrete era inviable al fin del día. El tiempo, siempre tirano en las travesías, nos obligaba a cambiar de planes ya que si no llegábamos hasta allí hoy, se comprometía el resto de la expedición, cuyo objetivo primario era entrar por el sur a la laguna Huaraco y luego salir por el norte a la RP53.

Decidimos cambiar Navarrete por baños termales y entonces continuamos por la RP39 hacia el sur, bordeando el río Varvarco por donde antiguamente estaba el temible Vado de Las Arvejas, hoy reemplazado por un seguro puente tipo Bayley.

Este camino, que antes era un insufrible pedrero, ahora es una huella decente que se puede recorrer con cualquier auto.

Atardeciendo era hora de buscar un lugar de acampe, lo cual no fue muy sencillo.

Primero probamos con Rincón de las Papas pero si bien es un lugar interesante por su pequeña pileta termal, no ofrecía ningún reparo para el viento, que estaba bastante fuerte.

Ahora que lo pienso esto es una Ensalada Rusa: el Rincón de las Papas y el Vado de las Arvejas, faltan las zanahorias y la mayonesa…

Una curiosidad al medir la profundidad

Seguimos hacia Aguas Calientes pero allí no permiten acampar y tampoco había disponibilidad en las cabañas, todas ocupadas.

Nos sugirieron ir a un puesto arbolado que habíamos visto por la ruta donde su morador consiente acampar pero no había nadie y si bien el lugar estaba bueno no nos pareció respetuoso acampar sin permiso.

Finalmente, al costado del arroyo Manchana Covunco encontramos un espacio, donde algo apiñados, podíamos acampar todos y ahí terminamos el día.

La buena noticia fue que el arroyo era de agua tibia y pese al frío reinante, casi todos (siempre hay algún mugriento, jajaja) nos dimos un hermoso baño de inmersión a oscuras, bajo las estrellas. Un lujazo.

La cena fue excelente pero un poco accidentada porque se nos volcó dos veces el agua de la olla donde hervíamos los fideos y una manguera de gas empezó a perder y tuvimos principio de incendio. No obstante nos chupamos los dedos con unos fideos con pesto casero exquisitos.

Arroyo Manchana Covunco y su agua tibia

Les dejo el mapita con el recorrido del día, donde apenas hicimos unos 100 km y tardamos alrededor de 9 horas (incluyendo paradas gastronómicas y fotográficas)

Mañana, el destino sería la misteriosa laguna Huaraco a través de la nueva RP68.

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