Hombre multifunción, si los hay. Capaz de ir manejando, te va diciendo cuanto falta para el destino fijado, cómo se llama el accidente geográfico que estamos transitando según IGM, te cuenta la historia del puestero que se ve allá lejos, al que lo llamó por teléfono para pedirle permiso, mientras va buscando la llave de 10 mm para ajustar el soporte del chirimbolo que guardó adentro del farol que se saca abriendo la guantera, corriendo el pitutito que hace que no se caiga el soporte del gps. Todo eso mientras te ceba un terrible mate helado con su típico gorrito Adidas color violeta.
Y si necesitas una clampetita para el transbalador delantero, pedísela en medio de alguna desolada meseta, que él tiene una.
Asi es Pampa.
Y así lo queremos.
Después de haber gozado de la misteriosa CALFUCURÁ, fruto de la decisión de arriesgar el paseo del día siguiente si no conseguíamos reponer gasoil, desandamos el camino a NAHUEL RUCA, mientras escuchábamos por la radio AM que las estaciones de servicio de Mar del Plata eran un caos por largas colas para despachar racionadamente unos pocos litros de combustible. Sabía que en Vivoratá no hay estación de servicio así que las únicas opciones reales eran Coronel Vidal o Balcarce; en caso negativo, el paseo de mañana sería volver directo a casa y archivar los planes del sábado.
Le apuntamos a Coronel Vidal con pocas esperanzas, después de la experiencias de Dolores y Madariaga. Sin embargo, una Axion en el centro de Vidal no sólo estaba despachando, sino que casi no había cola y lo mejor, sin restricciones. Zafamos, podíamos seguir haciendo kilómetros mañana!!!!
Tomamos la RP55 y a mitad camino entre Vidal y Balcarce, nos descolgamos por un camino de tierra que le apuntaba casi recto a la Laguna La Brava, pasando por el Paraje La Brava, el cual desconocía.
Camino a Laguna La BravaHermosa postal serrana
Al llegar a la RN226, nos dimos una vuelta por la pintoresca villa residencial Laguna La Brava, caracterizada por el particular diseño curvo de sus calles y sus frondosas arboledas.
Teníamos reserva en unas cabañas fuera del ejido urbano, las cuales nos costó encontrar desde la RN226, ya que no están señalizadas.
El complejo se lama PIEDRA NARANJA y la verdad que es un oasis en el medio de las sierras: no solo es hermoso el paisaje y muy confortables las cabañas, sino que además no hay conexión de internet y apenas si de vez en cuando se encuentra señal de celular. Ideal para descansar desconectados del mundo.
Como era temprano, después de acomodarnos en la cabaña y tomarnos unos mates con vista a la laguna, salimos a caminar por un sendero que primero bordea la laguna y luego comienza a subir al cerro sobre cuyas laderas está el complejo. Cuando comenzó a anochecer, casi llegamos a la cima del cerro y el sendero continuaba, quien sabe adonde lleva.
Laguna y Villa LA BRAVALaguna y Villa LA BRAVADescansando en la cabañaLa senda por la que hicimos una horita de caminataEl paisaje a medida que subíamosLa estábamos pasando bienLa vista desde el punto más alto que logramos
Sacamos unas fotos y nos volvimos, llegando justo para el pollo al disco que nos habían prometido para la cena. Una hermosa noche estrellada coronó nuestro primer día de paseo.
Atardecer en La BravaYa de noche , a lo lejos las luces de la villaTremendo cielo!
Mañana investigaríamos algunos lugares poco conocidos de Balcarce y Tandil, empezando por el Paso de la Muerte…
Salimos de NAHUEL RUCA rodeando el cuadro de la estación para terminar de conocer el paraje, pasando frente a la escuela.
Por un poco transitado camino paralelo a lo que fue el terraplén ferroviario, nos fuimos acercando a través de entretenidos diecinueve kilómetros de arboledas y pastizales.
Polvorienta huella costeando las «vías»
Al llegar al lugar donde el GPS nos indicaba CALFUCURA, encontramos un espeso y tupido bosque que escondía completamente las instalaciones ferroviarias en el supuesto que existiesen todavía.
Realmente daba la impresión que nos habíamos equivocado de sitio, ya que recordaba haber visto alguna foto en internet del estilo de Nahuel Ruca.
CALFUCURÁ está metida en ese tupido monte
Dejé la chata al cuidado de Adriana y me interné en la vegetación para ver si encontraba algo.
Después de unos casi cincuenta metros de andar agachado esquivando ramas y pastizales apareció el galpón, increíblemente oculto desde el camino. Muy lejos no podía estar la estación pero todavía no se la veía.
Impecable el galpónImpecable el galpónLa espesa vegetación que rodea CALFUCURÁ
Seguí adelante con cada vez más dificultad porque se sumaron unos arbustos espinosos y no quedó otro remedio que seguir un caminito de animales que no sabía adonde me llevaría.
Pero todo tiene su premio y la estación apareció por fin, completamente cubierta por vegetación y árboles caídos. Está vandalizada, pero no tanto ya que, como les vengo diciendo no está a la vista de depredares ocasionales.
El lugar es muy interesante porque al estar tan aislado parece que uno está en otro mundo.
Ahí adentro estaba la estación…Después de mucho «sufrir», apareció!Completamente tragada por la vegetaciónUn poco de leña en el andénMedio difícil subir a un tren en esa maraña de ramasNomenclador oeste, algo se puede leer aún
Hice un rápido recorrido corroborando que al menos existe un nomenclador y por detrás encontré una huella que tal vez permita llegar desde el otro lado del cuadro.
No me quedé mucho más porque seguramente Adriana estaría preocupada por mi silencio de radio y además tenía que volver para que ella la viera.
De nuevo hice el tortuoso regreso y por supuesto que no pude reproducir por donde había llegado y terminé saliendo bastante alejado de donde estaba Adriana.
Antes de hacerla pasar por todo el ramaje, decidí probar por el otro lado del cuadro y entonces un «paso a nivel» con una tenue huella permitía cruzar las «vías» y luego retrocedía hacia la estación.
La huella que permitió arrimar un poco más
Bueno, desde acá tampoco se la veía pero parecía ser menos espesa la vegetación, así que estacionamos mas o menos enfrente y cruzamos un alambrado rumbo al edificio. De este lado no fue tan difícil llegar y ahora nos abocamos a relevar más detalles.
Empezamos por buscar el nomenclador norte, recorriendo el otrora larguísimo anden pero sólo hallamos restos de las columnas. Entre las malezas ahora apareció el tanque metálico de agua, sorprendentemente oculto pese a su tamaño.
Esto es el andén: un bosque!Poste del nomenclador este en pieLa otra pata, caída en el sueloEl viejo tanque de agua metálico
También pudimos ver que al menos había tres vías de desvío, lo que muestra que era una estación destinada a mucho movimiento de trenes de carga.
Volvimos a ver el edificio que, aún vandalizado, conserva muchos detalles de interés.
El andénUna puerta al andénDivirtiéndonosLa boletería no está…NomencladorParejita feliz!
Valió la pena arriesgar a quedarnos sin gasoil y recortar el paseo del día siguiente.
Realmente visitar este lugar es una experiencia única para apreciar el poder de la naturaleza para retomar el control que alguna vez le arrebató el hombre cuando el camino de hierro se aventuró por aquí.
Veremos como seguimos en función de la reposición de combustible, por ahora nos vamos hacia la laguna La Brava.
Continuando con la «puesta en servicio» de Pampa 03 y con nuestra adaptación a ella, ahora encaramos una vuelta un poco más larga para que duerma una noche afuera y le sienta el gusto no sólo a los caminos de tierra sino también a los caminos de ripio y piedra de las sierras de Balcarce y Tandil más un interesante vadeo que saqué de la manga buscando en los mapas.
Hay que irla acostumbrando al futuro que indudablemente se le vendrá encima, más allá que Pampa 02 no le va a dar espacio para las difíciles.
En resumen, esta vez nos dirigimos primero hacia la costa por la RN11 para visitar dos esquivas e interesantes estaciones abandonadas del ramal Guido-Vivoratá como son NAHUEL RUCA y CALFUCURÁ, para luego alojarnos y pasar la noche en la laguna LA BRAVA.
Al día siguiente nos internamos por caminos y huellas serranas de Balcarce y Tandil para descubrir el PASO de LA MUERTE, conocer el paraje DOS NACIONES y por último atravesar el VADO DE LA TRINIDAD cerca de la pintoresca BOCA DE LAS SIERRAS y volver a casa por la RN03 totalizado más de 1000 km.
Salimos temprano de casa y tomamos la Autovía 2 hasta Dolores donde nos dimos cuenta que todos nuestros planes podían verse interrumpidos por la falta inexplicable de combustibles. Ninguna estación de servicio hasta allí vendía gasoil premiun y por las dudas, donde pudimos le metimos unos litros de gasoil común con mucho dolor a la pobre Ranger nueva, para por lo menos asegurar el regreso a casa desde La Brava, si se pudría todo.
Nos desviamos en Dolores por la RP63 y después tomamos la Autovía 11 con la intención de entrarle por la retaguardia a estas dos estaciones antes mencionadas. Comprobamos lo correcto de cargarle algo de gasoil «inadecuado» previamente ya que en General Madariaga ni siquiera había gasoil del común y por la radio decían que en Mar del Plata lo poco que se conseguía era con interminables colas.
Desde Madariaga empezamos a recalcular para recorrer las menores distancias y abandonamos la RP11 cortando por camino por tierra pasando por JUANCHO y retomándola ya cerca de la albúfera de Mar Chiquita.
Juancho de lejosJuancho de cerca
Desde allí la idea era acceder directamente a CALFUCURÁ siguiendo la margen sur del canal 5 pero una tranquera cerrada nos vedó el paso y cambiamos los planes yendo primero a NAHUEL RUCA, lo que implicaba extender bastante el kilometraje previsto peligrando aún más el regreso por la falta de combustible
El acceso a NAHUEL RUCA desde la RP11 es muy sencillo ya que un ancho camino de 12 kilómetros te deposita exactamente en la estación.
La estación, por supuesto abandonada y sin servicio desde hace muchos años, fue declarada monumento histórico y presenta algunos signos de que sufre voluntad de restauración, ya que por ejemplo le están colocando unas nuevas rejas al edificio y hay instalados unos paneles solares próximos a una construcción más pequeña que parece ser la base de operaciones de la reconstrucción.
Si bien muestra que estuvo a la buena de Dios durante mucho tiempo y está algo deteriorada, es perfectamente recuperable. Luce orgullosa ambos nomencladores.
No hay un poblado importante a su alrededor; sólo una escuela y el casco de una importante estancia que no denota actividad. Todo es soledad…
Andén campestre sin víasViejo nomenclador y modernos paneles solaresMirando hacia VivoratáLa vieja estación en reconstrucciónDesde otro ánguloUna vista particularOtra de la estación, mirando hacia CalfucuráSanitariosAl borde del andén, estos tocones. muestran los años de abandonoHermosos detalles constructivosDesde el andén, el bucólico paisajePenélope en el andén. Esperá tranquila…La estación desde la calleEdificio auxiliar en las cercaníasGalpon de estanciaCurioso frontispicioLa soledad del paraje
El lugar está muy bueno y aprovechamos para degustar nuestra vianda de viaje a la sombra de añosos árboles mientras decidíamos si alargábamos la vuelta estirándonos hasta CALFUCURÁ en función del problema del combustible.
Decidimos arriesgar a costa de achicar la vuelta del sábado y la verdad que valió la pena…
El improvisado plan de regreso a casa nos hizo dejar la RN 205 por la RP60 con el objeto de arrimarnos a la traza del ferrocarril provincial para visitar las abandonadas estaciones de ESTRUGAMOU y EL TRIGO.
Después de atravesar completamente GENERAL ALVEAR , cruzamos la RP51 y por un «escalonado» camino de tierra muy pintoresco llegamos a la escondida estación ESTRUGAMOU, una vieja construcción abandonada pero que conserva todavía buena parte de los atributos de las instalaciones del provincial, como el típico frontispicio con las siglas FCPBA.
ESTRUGAMOU, abandonada pero en pieAndén de ESTRUGAMOUFrontispicio del FCPBALa parte trasera de ESRUGAMOU
Luego, por un ancho camino que costea por donde corrieron las vías, al caer la tarde llegamos a EL TRIGO, un paraje donde el edificio de la estación está en condiciones muy buenas de mantenimiento y que funciona como una dependencia policial. En este caso un pequeño poblado la continúa acompañando.
Entrando al predio ferroviarioPrimero se ve la parte trasera de la estaciónPredio ferroviario en perfecto estadoEL TRIGO, hoy un destacamento policialImpecable la estación, sólo le falta un trenFrontispicio de EL TRIGOArtística del andén de EL TRIGO
A partir de acá sólo quedo volver a casa, completando 750 km con la nueva Pampa 03, dejándonos un sabor muy agradable en este primer «breve» contacto: excelente andar, muy confortable, consumo muy interesante.
Después de la grata sorpresa de ISLAS, un breve trayecto de asfalto nos deposita en VALDÉS, un poblado de cierta importancia y muy pintoresco con grandes palmeras que adornan su principal avenida con boulevard, de tierra, que costea el ferrocarril.
Sábado al mediodía era un desierto total, sólo estábamos nosotros…
Hasta acá llega el asfaltoSimpático Boulevard de ValdésRecorriendo ValdésLlegando a la estación de VALDÉSUn desierto total un sábado a mediodíaPor el andén…Nomenclador de VALDESEstación VALDESFrente de estación VALDESLas vías están pero no se venUna artística del alambrado del andénPampa 03 en VALDES
AGUSTIN MOSCONI (280 habitantes) es el próximo eslabón de la cadena, al cual accedemos por un camino vecinal que costea las vías enhebrándola varias veces.
Otro pueblo desierto en la siesta del sábado, en el medio de los arenales del oeste.
Llegada a MOSCONIEstación MOSCONIEstación MOSCONIAndén de MOSCONINomenclador MOSCONIUna vieja estación de servicio del siglo pasado
Luego de un infructuoso intento de costear las vías para llegar a HUETEL, debimos recular y hacer un largo rodeo para acceder a esta estación sin pueblo, aunque con una interesante historia de una estancia homónima que aloja un palacio de los más suntuosos del país, cuyo resumen lo pueden leer AQUÍ. No intentamos siquiera visitarlo a sabiendas que es difícil, sólo pasamos por la estación.
Llegando a HUETEL desde MOSCONIAlguna dependencia de estancia HUETELEnorme galpón en la estancia HUETELLlegando a estación HUETELNomenclador de HUETELLo que queda del andén de HUETELLa estación HUETELGalpón de la estación HUETELEscuela de HUETEL
A DEL VALLE (889 habitantes) llegamos volviendo a costear a las vías por muy arenosos caminos donde nos encontramos con una población importante con instalaciones impecables. Tiene su nombre en memoria del coronel Narciso Del Valle, participó en las operaciones militares contra los aborígenes en el siglo XIX.
Arenoso camino costeando las víasAsí nos recibe DEL VALLEProlija estación de DEL VALLENomenclador de DEL VALLEPampa en la estación fotografiando a Pampa 03Otro tanque de agua de madera en DEL VALLEDEL VALLEBalanza en el andénLas vías están pero no se ven, como en todo el ramal
Por último, también costeando las vías, llegamos a final de nuestro recorrido por el ramal, al prolijo pueblo de HALE (210 habitantes)
Prolija estación HALEProlija estación HALEProlija estación HALEEl parque que rodea la estación HALE
Y así completamos lo que nos faltaba de este ramal que a partir de allí hacia el sur, desde SANTOS UNZUÉ hasta RIVERA ya lo habíamos recorrido con mi entrañable amigo Coco, hace unos años, cuando visitamos 33 estaciones de un saque.
Volvimos a la RN205 cerca de Bolívar sin planes especiales, los que inventamos mientras nos tomábamos unos mates y nos llevaron a un extraño desvío por los pagos del ferrocarril provincial.
El título engaña. No fueron varios pueblitos ni muchas islas con la que empezamos esta «breve» recorrida ferroviaria de 850 km, donde estrenamos a Pampa 03 por el centro bonaerense en algunos caminitos de tierra.
Después de llegar a Saladillo por la RN205, hicimos unos kilómetros por la RP51 hacia el norte y a poco de andar nos bajamos del asfalto y nos internamos por los arenales con la idea de recorrer el ramal ferroviario 25 de Mayo – Bolívar en el tramo que aún no conocíamos, entre ISLAS y DEL VALLE.
Pampa 03 fuera del asfalto
Deambulamos por caminos vecinales intrincados y antes de arrimarnos a ese ramal pasamos por el costado de una vieja conocida, la estación PUEBLITOS, visitada allá lejos y hace tiempo en el 2010, justo en el preciso momento que España se consagraba Campeón de Mundo de fútbol venciendo a Francia y justo también cuando se producía un eclipse solar. Momento inolvidable con los viejos amigos del Suzuki Club, que nos obligó a volver a pasar para recordarlo. AQUÍ la vieja crónica de esa visita.
El nomenclador fue reparado desde aquella vezEstá habitada y con el predio bastante bien cuidadoEstancia EL PUEBLITOLa única calle de PUEBLITOSEl viejo almacén de ramos generales que hace 13 años tenía aún carteles de antiguas propagandas. Ya no.Llegando al downtown de PUEBLITOSViejas construcciones aún quedan en pie
La estación está habitada y bastante cuidada y el lugar sigue tan despoblado y solitario como siempre. Paramos a comer unos sándwiches frente a la escuela del lugar y disfrutar del tranquilo entorno.
Bucólico lugarA comer algo..
Ya descubrieron la primer parte del título de la entrada. Mas luego continuamos contorneando campos y bañados por huellas apenas marcadas, hasta que logramos salir en las cercanías de la primera estación del ramal que pensábamos visitar: ISLAS. Acá el otro motivo del título.
ISLAS nos recibe así…
ISLAS nos sorprendió: está a la vera de la ruta asfaltada, semi oculta dentro de un monte cerrado, pero para nuestra sorpresa, llena de vida y casi con esplendor pese a que hace mucho que no circulan trenes.
Andenes de ISLAS, impecablesAndén de pasajeros, impecableNomenclador, impecableLa estación, impecableTanque de maderaTanque de maderaGruesas columnas de madera del tanque
Ocurre que un curioso y muy amable personaje, que se afincó allí después de pelear por mucho tiempo su posesión con la gente de ferrocarriles, se la puso al hombro y la transformó en un centro cultural donde se realizan eventos con regularidad. Por supuesto, vive feliz allí, desarrollando además actividades rurales en este bucólico ambiente.
Se trata de Gustavo, quien inmediatamente se acercó a nosotros al vernos estacionar y nos mostró con orgullo todas las instalaciones recuperadas restauradas con sus propias manos y nos contó interesantes historias del lugar y de las actividades que allí desarrollan, desde talleres de tejeduría hasta recitales folclóricos, pasando por peñas y otros eventos.
Con el amigo GustavoBarra del salón de eventosEscenario en el galpón de cargasHermoso cuadro realizado con lana por tejedorasInvernáculo para cultivo de verduras
Sin planearlo estuvimos allí casi una hora disfrutando de Gustavo y sus historias del lugar, el cual recomiendo visitar especialmente.
Retomamos la recorrida ya que el objetivo era rodar a Pampa 03 y los próximos pasos serían enhebrar los pueblos y estaciones que siguen hacia el oeste, empezando por VALDES hasta llegar a DEL VALLE.
Primera actividad de la mañana fue ir a visitar la casa del Chacho Peñaloza, donde fue asesinado brutalmente, después de rendirse frente al enemigo.
Fue el 12 de noviembre del año 1863 durante la presidencia de Bartolomé Mitre y luego de matarlo, exhibieron su cabeza en una pica en la plaza de Olta.
La muerte del Chacho inundó de tristeza a La Rioja, debido a que el caudillo era una figura muy popular. Cosas oscuras de la historia, que según quien la cuenta y en que contexto se la encaja, se pasa de héroe a villano y viceversa.
Homenaje al Chacho Peñaloza
La Discovery se venía quejando al pasar los cambios y finalmente se plantó. Y no hubo más caso. Mientras el resto del grupo se fue a pasear por los alrededores, de Olta, con Claudio nos abocamos a tratar de analizar el problema en la YPF de la RP76, el cual se reveló como una rotura de una selectora de plástico en la base la palanca de cambios.
La piecita de la caja que nos hizo transpirar
Una ingeniosa reparación con «Perbond» y unos rezos esotéricos a San Land Rover nos pusieron en camino nuevamente y nos encontramos con el grupo en el dique de Anzulón para iniciar la recorrida de las sierras del sur de La Rioja.
Dique de Anzulón
Primero nos dirigimos a Desiderio Tello, donde pasamos a visitar la estación ferroviaria en desuso y abandonada a su suerte, como verán en el carrusel siguiente:
Luego ya nos adentramos por las huellas y caminos de tierra por el corazón del sur de las sierras riojanas.
Era un enigma lo que había allí adentro y la intención era conocerlas en profundidad por lo que le dedicaríamos un par días para meternos en todas las sendas que aparecieran.
Subimos hacia el norte pasando por ignotos caseríos como Chelcos, Árbol Barrido, El Cerco, El Quemado, Mollaco y Nacate, disfrutando de solitarios y novedosos paisajes y angostas huellas enroscadas, sin mucha dificultad.
Huella que se interna en las sierrasTrepadas interesantes hacia El Quemado
Más fotos de este tramo en el visor:
Plaza de Chelcos
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Después de mucho deambular llegamos a la ruta que une Olta con Malanzán a la altura de Solca, habiendo completado el primer cruce sur-norte del viaje por esta zona desconocida de La Rioja.
Sobre esta ruta provincial hay formaciones rocosas muy curiosas, una suerte de Talampaya en miniatura, donde también se pueden encontrar petroglifos al costado mismo de la ruta. A la zona se la denomina Reserva Provincial Guasamayo y realmente es muy poco conocida pese a que es de muy fácil acceso.
Rio GuasamayoParada a fotearGeoformasMas geoformasParedones Geoformas perdidasLa cabeza de un puma?Otra geoformaUn marciano?Mas formaciones talampayescasNo se puede creer la falta de respeto de mucha gentePetroglifos originalesPetroglifos originales, un sol?Muchos petroglifosOtro solPetroglifos modernos…Los idiotas de siempre…
Se destaca una formación icónica, una geoforma llamada El Loro, cuyo nombre al tallado ejecutado por erosión fue muy bien elegido.
El LoroEl LoroAcá está posado el Loro
A la tardecita llegamos a Malanzan, donde nos acomodamos como pudimos y disfrutamos de una cena grupal en el único boliche tipo pizzería donde cabíamos todos.
A la mañana siguiente seguimos hasta El Portezuelo , para visitar el dique homónimo, con bajo nivel de agua.
Dique El Portezuelo
Desde allí volvimos a internarnos en el corazón de la sierra con el objetivo de llegar hasta Tuani, un caserío perdido en su interior, que era el ícono desconocido de esta parte del viaje. Pocos kilómetros después de dejar El Portezuelo atravesamos el pequeño poblado de Puluchan.
PuluchanDowntown PuluchanCapilla PuluchanFormidable casa de piedraEscuela 274 – Marcos Sastre
Seguimos recorriendo algunas huellas y cauces secos de ríos, con paisajes cada vez más agrestes e interesantes. Igualmente hay mucha población dispersa en estas sierras, corroborado por el populoso y respetable cementerio que encontramos en los alrededores de Puesto Salana, en el cual observamos muchos detalles llamativos, como por ejemplo una placa que recordaba, además de lo habitual, la hora del fallecimiento.
Huellitas perdidas entre los cerrosLa senda serpentea entre los pocos pobladoresTaperasTaperasTaperasCuriosa placa con fecha y HORA del fallecimiento
La huella a Tuani se desdibujaba y cuando conseguimos preguntarle a alguien, nos dijo que desde allí en adelante estaba abandonada porque había ocurrido un derrumbe y no se podía pasar. Nada mejor para intentar ir.
Efectivamente la huella no estaba pisada y después de unos kilómetros encontramos los restos del derrumbe. No era muy grave, corriendo una cuantas piedras con los malacates seguramente podríamos pasar. Y lo hicimos: el camino a Tuani estaba expedito, aunque aclaramos que desde el norte hay otra opción transitable.
Por un pequeño cauceSeguimos por el cauceFaldeando un cerritoPiedras pasablesHermosa huellaHermosa huellaEl derrumbePiedritas en el caminoCuadrilla de remociónCamino expeditoPasando el primeroSeguimos camino
Tuani es un caserío embutido en un angosto y bonito valle de un río seco muy pedregoso. El atractivo era investigar por qué habiendo poblaciones muy cercanas al sur, como Villa Casana, no había camino que las vinculara. Tal vez podríamos intentar algo.
Los pobladores nos explicaron que es una vieja aspiración porque los acercaría rápidamente a Chepes pero que solamente había una senda para caballos y caminantes por un vallecito paralelo al río.
TuaniTuaniTuaniPobladores de TuaniTuani
Primero lo intentamos por el río pero era muy angosto y plagado de grandes piedras, imposible para chatas. La huella peatonal, si bien al principio era accesible para vehículos, al poco de andar también se hacía imposible. Abortamos, aunque creemos que debería ser la traza a abrir en el futuro. Posiblemente motos puedan pasar.
Nos volvimos por la misma huella que habíamos recuperado del derrumbe y nos encontramos con una tumba aislada construida de material casi sobre la huella que prácticamente había que esquivar y que no habíamos visto a la ida, algo muy extraño lo pienses como lo pienses: ¿La huella estaba antes o después de la tumba? ¿ Por qué la senda le pasó tan cerca o por qué la erigieron sobre el camino? Nada pudimos averiguar, la tumba no tenía identificación alguna.
Tumba por el caminoTumba por el caminoOtra tumba por el camino
Se nos hizo de noche cerca del cementerio de Puesto Salana, donde había un excelente lugar para acampar en el cauce de un rio seco cercano.
Medio lúgubre, pero nos alejamos lo suficiente para respetar la paz de los difuntos. Armamos un flor de campamento de varias carpas y compartimos en el medio de la nada, una cena y un fogón increíble con amigos.
También compartimos una pila de botellas…
Populoso campamentoMás del campamentoDisco a fullAlgo nos tomamos…Postre de ananá al discoHacía bastante frio (Pablo no cuenta)Amigos al calor del fogón
Desandamos la RP38 hacia el sur hasta Tuclame, desde donde nos internaríamos hacia las sierras de Serrezuela y Guasapampa, las que recostadas sobre el noroeste cordobés, marcan claramente un límite físico con los llanos riojanos.
Es una zona poco conocida que siempre nos llamaba la atención por su relieve montañoso toda vez que pasábamos raudos hacia el norte por la RP38.
Revisando los viejos mapas del IGM, las curvas de nivel nos resultaron llamativas por el paralelismo de las dos sierras y por el valle intermedio por donde desciende el río Guasapampa hacia el norte. No sabíamos que podíamos encontrar pero lo íbamos a averiguar.
El camino ripiado sale de Tuclame y se arrima a la sierra de Serrezuela y la bordea por el este pasando por Puesto Las Chacras y la cruza por un abra en Aguas de Ramón: la sierra de Serrezuela parece continuar hacia el sur hasta perderse a unas decenas de kilómetros.
La ruta violeta de la izquierda es la que seguimosHacia las sierras de Serrezuela por Tuclame
Aguas de Ramon es un pequeño caserío a 400 msnm donde se destaca una humilde iglesia de la Virgen del Valle.
Es un viejo asentamiento que data de principios de siglo XX y cuya suerte estuvo ligada a los conflictos bélicos mundiales, debido a que en la zona existieron minas donde se extraía wolframio, material indispensable para la fabricación de armamento. Tuvo su inicio con la Primera Guerra Mundial y la extracción de mineral se extendió con marcadas irregularidades, hasta mediados del siglo XX con el final de la guerra de Corea. Algo parecido al famoso proyecto de Pueblo Escondido, en el Cerro Áspero, cerca de Merlo, aunque con menos desarrollo fabril.
Para quien le interese la minería del lugar, un antiguo informe geológico del año 1959 detalla lo que acabo de describir con mucho más detalle:
Ahora el camino, no muy transitado por cierto, continua hacia el sur por un valle que discurre entre las sierras de Guasapampa y Serrezuela por donde desciende el intermitente río Guasapampa.
La zona tiene abundante vegetación y es muy pintoresca, atravesando diversos parajes y caseríos como Guasapampa y Totora Huasi. No es tan verde por la época del año, pero debe serlo en primavera y verano.
El camino comienza a ascender lentamente hacia el surTotora HusaiA medida que subimos aparecen las primeras palmeras Caranday
El primer poblado de cierta relevancia que asoma más al sur es LA PLAYA, una pequeña localidad de unos 200 habitantes. Desde allí habíamos detectado que se descolgaban unas huellas hacia el oeste que tal vez nos permitirían una vista aérea de los llanos riojanos o hasta bajar tal vez…
Cuando paramos a preguntar por la factibilidad de esas huellas, también nos enteramos que estábamos en tierras de canteras de granito y pinturas rupestres, una gratísima sorpresa que no esperábamos recibir.
Aprovechamos que era cerca de mediodía para hacer una picada en una especie de modesta plaza en el pueblo. Justo enfrente había una semiderruida construcción fabril que parecía ser un horno construido con bloques de granito y que por supuesto fuimos a curiosear.
Un horno construido con bloques de granito?
Las huellas por las que consultamos existían pero posiblemente tendrían candados ya que se internaban en propiedades privadas; nos dirigimos a comprobarlo observando que el recorrido estaba plagado de bloques y piezas de granito por doquier; hasta los esquineros de los alambrados, las barandas de los puentes y los puntales de las tranqueras eran de piedra.
Pilares de granitoPuntal de granitoPaisajes de La Playa
Cuando estábamos cerca del «balcón» a los llanos riojanos, una tranquera con candado nos cerró el paso y no había nadie para interceder. Restaba ver si podíamos acceder a las canteras y al arte rupestre, para lo cual al regreso comenzamos a preguntar a cada alma que encontramos.
Y en uno de los intentos, un gentil poblador, del cual lamentablemente no recuerdo su nombre, nos ofreció mostrarnos su cantera de granito y unas pinturas rupestres que se encontraban en su propiedad. Bingo!
No sólo nos permitió el acceso sino que nos explicó la metodología de extracción del granito, un trabajo muy duro, peligroso y artesanal, donde cualquier error te cuesta un accidente. Taladros, explosivos, maniobras con grandes bloques, todas acciones riesgosas.
El escondite de las pinturasBloques gigantes de granitoBuscando las pinturas rupestres
Pinturas Rupestres en los bloques de granito
Lástima que siempre hay algún idiotaRecorriendo la canteraRecorriendo la canteraBloques gigantes por todos ladosBloques «rebanados»Bloques de donde se cortan las placas de granitoLas marcas de los barrenos y explosivosMarcas para su corte con cuñas y martillos
La trama que subyace a la explotación minera del granito en la pequeña localidad de La Playa parece ser compleja, de acuerdo a las fuentes que consulté.
Hace más de ocho décadas, en la sierra de Guasapampa y en la zona denominada La Charquina (justo en la tranquera que encontramos cerrada), se produjeron hallazgos arqueológicos que datan de miles de años, representados en pictografías, morteros y elementos que la transformaron en un tesoro histórico, cultural y antropológico.
Pero la actividad minera encontró otra riqueza: el granito. Y desde hace más de 20 años, la extracción de este material valioso que se comercializa a gran escala desde la región hacia todo el país es la principal actividad económica de La Playa y de la zona. El problema es que la explotación minera no cuenta con ningún tipo de autorización de la Dirección de Minería de la Provincia ni con un estudio de impacto ambiental que la avale. Ni hablar del proceso de degradación que sufrió en todos estos años el verdadero tesoro arqueológico de la región.
A su vez, la propiedad de las tierras donde se emplaza el pueblo, las minas y los campos cercanos están en un proceso judicial lento y arduo. Los descendientes de Domingo Díaz, quien aparece como propietario de estas tierras desde 1916, reclaman desde hace más de una década la propiedad de más de 10 mil hectáreas, en las que se ubican el pueblo y las canteras. Un verdadero intríngulis que no tengo idea que rumbo ha seguido en estos años.
Seguimos hacia el sur ya medio apurados para llegar a algún sitio donde alojarnos al atardecer que sea cercano a las sierras del sur riojano. Seguimos hacia el sur por el mismo camino, cada vez más poblado de palmeras Caranday hasta encontrarnos en Las Palmas, una localidad sobre el conocido Camino de los Túneles, que por supuesto toma su nombre de las numerosas palmeras de la zona.
Palmeras CarandayPalmeras CarandayUno de los túneles del Camino de los Túneles
Desde allí descendimos por los túneles (en esos años todavía el camino era de ripio) hacia los llanos riojanos, donde tomamos la ruta 20 hacia Chepes hasta cruzarnos con la traza abandonada del ferrocarril Belgrano entre Milagro y Quines, donde el camino que la costea podría permitirnos conocer alguna estación si la luz diurna lo permitía, mientras acortábamos camino.
LA ISLA
Con menos de la luz justa, alcanzamos a visitar LA ISLA, una estación habitada por algún poblador en el medio de la nada, por supuesto sin rieles ni durmientes aunque bastante entera dentro de todo.
Imágenes de Estación La Isla
El final del día nos encontraría en OLTA, donde nos acomodamos para compartir una cena y alojarnos para seguir al día siguiente por las sierras del sur riojano, los pagos del Chacho Peñaloza.
Desayuno bien casero en la Hostería Recreo de la mano de su dueña, que nos atendió como si fuéramos sus hijos. Lugar modesto pero muy recomendable para un alto en el camino en esta zona no del todo turística.
Llenamos los tanques y salimos rumbo a Esquiú, donde empezaríamos a bajar hacia el sur para intentar el cruce de las Salinas Grandes; Pablo y Julio nos estarían esperando donde nuestra huella cortaba la RN60.
En este enlace, que desafortunadamente hicimos muy rápido, pasamos por el Paraje El Suncho, que fue el lugar donde falleció el venerable Fray Mamerto Esquiú, pero no lo visitamos como debíamos. Otra vez será.
El SunchoSalida de El Suncho hacia la RN60
Esta huella/ruta provincial nos comienza el mostrar el paisaje que rodea a las Salinas Grandes antes de dejar paso al omnipresente reino de la sal. Llaman la atención los enormes cactus cuyos brazos secos generan una leña difícil de imaginar para estas plantas; el paisaje es bastante más verde de lo que uno puede imaginar en las puertas de un desierto.
Efectivamente en la RN60 conformamos el multitudinario grupo de siete chatas sólo posible porque todos somos viejos amigos travesistas que nos entendemos de memoria y la coordinación sale sola.
Recorrido en Salinas Grandes
Desde la RN60 hasta Palo Santo el recorrido se desarrolla sobre una huella visible que contornea las salinas propiamente dichas, alternando lugares “altos” con profusa vegetación incluso arbórea y lugares bajos con sufridas plantas «salineras». Enormes cactus nos continúan acompañando aunque su tamaño va decreciendo a medida que nos acercamos a las salinas.
Enormes cactus nos marcan el caminoPrecarias tranqueritas de alambreLa vegetación tiende a tragarse la huellaLa huella se desdibuja…Al arrimar a la salina, los cactus se raleanPalo SantoUn remoto poblador de Palo Santo
En Palo Santo dejamos la huella visible y nos adentramos en la salina misma; seguimos una tenue huella que se borra a la vista cada año pero de algún modo conserva su compactación por el repetido uso algunos meses al año: es la conocida como la “Huella de los Cabritos”, que la cruza en sentido Norte-Sur.
Rumbo a la salina, la vegetación se achata
Esta «ruta» es (o era) usada por los crianceros del sur catamarqueño cuando arriaban sus animales para venderlos en el norte cordobés.
Realmente si uno no se aparta mucho de ella el piso es firme pero hay que estar atento a no perderla porque enseguida es fácil enterrarse.
A punto de pisar la salinaAsí es la «ruta»Ruta de los Cabritos a fullPor momentos levantamos polvo
Uno de los objetivos del viaje era reconocer puntos geográficos como algún inexplicable quiebre en la línea que divide a Córdoba de Catamarca (Mojón del Monte Negro) y también el Trifinio, lugar donde confluyen Córdoba, Catamarca y La Rioja.
Ubicar el Mojón del Monte Negro fue sencillo porque estaba no muy lejos de la huella consolidada. Fue sólo un hallazgo de geoposicionamiento ya que no encontramos absolutamente nada que lo materialice. Ni siquiera el supuesto monte.
Buscando el Mojón del Monte Negro
Este punto es un vértice que se fijó como parte la división política entre las provincias de Córdoba y Catamarca por un decreto de Onganía de 1968.
El otro objetivo era el trifinio Córdoba – Catamarca – La Rioja, que está en algún lugar de la salina, pero sin indicios de huellas consolidadas desde este lado. Se trataba de un desafío complejo ya que podíamos terminar encajados hasta los zócalos si no andábamos con cuidado. Había que recorrer unos 26 km en línea recta por el medio de la salina sin saber que consistencia podía tener el piso.
El intento sólo duró unos pocos kilómetros porque los que veníamos liderando a la caravana nos empezamos a enterrar irremediablemente y debimos avisar a los que nos precedían para que se detuvieran y nos ayudaran a salir del problema.
¿Y ahora qué hacemos?A trabajar para sacarlaLa Discovery no avanzaba másSe movía y se enterraba más y másLas huellas del rescate
Nos llevó un par de horas recuperar la Discovery después de traerla a malacate por más de 100 metros, ya que no se subía nunca a la capa de sal dejando unos profundos surcos como recuerdo que la próxima inundación borraría para volver a atrapar incautos.
Obviamente abortamos el intento y volvimos a la Ruta de los Cabritos, a disfrutar de la soledad infinita de las Salinas Grandes de casi 6000 km2 de extensión.
Soledad salineraSoledad salineraSoledad salinera
Sin problemas seguimos hacia el sur hasta que alcanzamos los bordes de la salina, un desierto de guadales y cactus más achaparrada vegetación espinosa donde aparecieron algunos humildes puestos que asombran porque es difícil imaginar vivir allí. Tener en cuanta que estábamos en invierno y hacía bastante calor…
Comenzaron a aparecer la huellas y antes de volver a la civilización decidimos conocer las ignotas Termas del Quicho, donde cuenta la historia que allá por 1987 en una perforación con la que se estaba buscando agua potable para la escuelita del lugar, de repente, desde más de 220 metros de profundidad, comenzó a brotar agua caliente a 39°C y nunca más se cortó, formando una laguna de aguas tibias que se popularizó como humildes y modestos baños termales naturales.
Una vieja bañadera, que todos se disputan, concentra el chorro cual brutal hidromasaje. Por supuesto aprovechamos para un relajante baño termal y sacarnos el polvo acumulado durante el día.
Desvío a las termasLa codiciada bañadera para hidromasajeTermas del Quicho a full
NOTA: esto fue hace seis años, actualmente en 2023 las han puesto en valor construyendo una pileta y algunas instalaciones para camping, ya que durante la pandemia se popularizó bastante como un lugar de escape para las poblaciones cercanas.
Estado actual (2023), ya no existe la laguna natural
Repuestos del esfuerzo del cruce las salinas sólo quedaban buscar un lugar donde alojarnos y entonces recalamos en Serrezuela, donde el nutrido grupo se acomodó como pudo en la poca oferta disponible. Mañana el noroeste cordobés desconocido.