Después de la saga deCanales Invernales, la duda de cómo se iniciaba el Canal 11 en las cercanías de Tapalqué seguía atormentándome y en la primera de cambio decidimos invertir un día para tratar de dilucidarlo.
Una tranquera detectada en Street View a dos kilómetros del inicio ofrecía dudas pero así todo lo encaramos. Si fallábamos, el Plan B era recorrer algunas cercanas estaciones del Provincial que nunca había visitado, como para justificar el viaje.
El resumen del viaje como introducción, en modo Relive, está AQUÍ
Los detalles de cada lugar visitado, como siempre, en sucesivas entradas:
Luego del fallido del inicio del canal 11 y de la posibilidad de seguir por sus márgenes desde la RP51, echamos mano del Plan B: visitemos estaciones abandonadas de la zona!
Continuamos hacia el sur por la RP51 y, antes de llegar a Azul, nos topamos con los vestigios de la traza del Provincial. Girando hacia el oeste por un camino rural durante 12 kilómetros, nos dirigimos hacia Eufrmio Uballes. La ruta, que corre paralela a los restos del terraplén, atraviesa una zona propensa a inundaciones, evidenciada por los numerosos restos de alcantarillas y puentes en desuso.
Así arribamos a Eufemio Uballes, uno de los tantos lugares desolados por donde en algún momento transitó el tren y donde ahora solo persisten ruinas y unos pocos habitantes que residen en lo que probablemente fue la vivienda de los trabajadores ferroviarios. Costó cruzar el alambrado eléctrico sin riesgos y pudimos sacar unas «bonitas» fotos del naufragio ferroviario, tristes pero reveladores de lo que alguna vez fue…
Estacionados frente a UballesAlambre eléctrico en Uballes
La estación lleva el nombre del médico Dr. Eufemio Uballes (1848-1933), impuesto en homenaje al donante de las tierras donde se estableció la estación ferroviaria, el 6 de octubre de 1930, y su primitivo poblado.
Ruinas de UballesLarguísimo andén de UballesNaufragio ferroviario en las pampasDesolaciónDestrucciónLas gruesas paredes resistenSe salvó la palmera…Casa de auxiliares habitadaDice Estación Uballes, pero no es…
Más luego retrocedimos a la RP51 por el mismo camino, la cruzamos y nos dirigimos al pequeño poblado de Ariel, donde nos encontraríamos con una estación en bastantes buenas condiciones que se destaca porque tiene un andén central, producto que allí se dividía el ramal a Olavarría y a Azul. Imaginen el tráfico que debía existir para que hayan previsto esa situación de que un tren podía esperar al otro para hacer la combinación.
Antes de meternos a fotografiar la estación, nos acercamos a un humilde comercio cercano para verificar que no hubiera problemas para ingresar.
Estación Ariel, envejecida pero en pie, casi intactaAnden central de ArielTípico frontispicio del Ferrocarril ProvincialViajeros en andén central de ArielAndenes de Ariel
Ariel es un muy pequeño poblado con no más de 40 habitantes donde cuesta imaginar cual es la actividad que les provee el sustento, aunque claramente viene por el lado de algo de agricultura y ganadería. Se fundo allá por los años 1930, lógicamente cuando pasó el ferrocarril.
El origen de su nombre es bastante singular, dado que proviene de un libro escrito por el uruguayo José Enrique Camilo Rodó Piñeyro, inspirado en un ensayo de William Shakespeare, del cual transcribo una sintética reseña:
Un galpón que se fue…Un galpón que resisteUna más de la señorial Ariel, la del nombre de un libro…Estado del edificioArtística del andénPasajera esperando el trenLa parte del edificio que da a la calle
El motivo por el cual este libro le dio el nombre a este paraje, no lo pude hallar; de todos modos es la primera vez que encuentro un pueblo que toma el nombre de un libro y encima en un lugar tan remoto, tan lejos de la civilización cuando se fundó.
Esta obra es un «sermón laico» dedicado a la juventud de América, y él la escribió con una visión pesimista del futuro de su país y de la religión. Ariel es un ensayo que es basado en la obra The Tempest, una obra de teatro escrita por el autor famoso William Shakespeare; los dos protagonistas principales son Ariel y Calibán, que representan la América Latina y los Estados Unidos, respectivamente. Hasta cierto punto Ariel es una alegoría de las relaciones que existían entre los Estados Unidos y las naciones de Centro y Sur América a comienzo del siglo XX. invita a los lectores a reconsiderar diferentes tipos de poderes (económicos, políticos, sociales, culturales) que existen entre los países de América Latina (Ariel) y los exigentes Estados Unidos
Extraido de WikipediA
Allende Ariel, el camino paralelo a los vestigios del terraplén se desdibuja y después de unos pocos kilómetros, se convierte en una huella muy poco pisada, donde los anegadizos terrenos que atraviesa cada tanto inundan su trazado generando unos vados que por surte tienen piso firme y nos permiten avanzar hacia Campodónico, la próxima estación de la trilogía que visitamos.
El «camino «entre Ariel y Campodónico
Ya habíamos visitado Campodónico, pero fue en un caluroso febrero cuando los árboles alineados a lo largo de su andén lucían exuberantes de follaje, ocultándola parcialmente o más bien protegiéndola. En cambio, ahora se mostraba completamente a la vista, desprovista de cobertura.
Dejamos la camioneta en el camino vecinal y al volver a verla, confirmamos que, salvo lo mencionado anteriormente, todo permanecía igual, inmóvil pero envejecido. A diferencia de las construcciones anteriores, del estilo clásico el Provincial y hechas de mampostería, Campodónico es una construcción de madera que debió ser muy hermosa, aunque distinta a las demás. Resalta un enorme y muy bien conservado galpón de chapa galvanizada que, a pesar de sus casi 100 años, no nuestra signos muy visibles de oxidación.
El invierno quitó las hojas y Campodónico quedó al descubiertoLa estación de madera estaba igual que años atrásLos enormes plátanos en el andén característicos de las estaciones Triste abandonoSi habrá volado tierra aquí…La prolijidad de la carpintería es llamativaHermosa la solitaria estaciónEl anden solitarioY esta bella estatua?El enorme galpón perfectamente en pie100 años después el galvanizado esta casi impecable
Aunque no se desarrolló un pueblo en sus alrededores, a poca distancia y casi a la vista, se encuentra la Obra Salesiana San Pascual Campodónico, que cuenta con una hermosa capilla e instalaciones para albergar a grupos de niños durante sus vacaciones. Además, está la famosa pulpería San Gervasio, que pensamos estaba cerrada y no se nos ocurrió visitar, aunque más tarde nos enteramos que justo ese día comenzaba la temporada….
Capilla Obra Don Bosco
Nos quedaba ver como retomar el canal 11 para tratar de llegar al menos hasta la RP30, que es donde lo habíamos dejado la vez pasada en la otra travesía.
Después de unos pocos rodeos dimo scon él y sin problemas alcanzamos la margen norte, donde un camino costero la mayor parte en buen estado, nos permitió recorrerlo sin gran dificultad. Lo llamativo de este tramo es que en lugar de puentes y compuertas, cada tanto hay grandes cunetas de hormigón por donde el agua puede volcar hacia el canal desde los campos adyacentes sin dañar el trazado. No se que ocurre si el canal tiene un caudal elevado, ya que parecería que puede inundar los campos.
Camino costero del canal 11Camino costero del canal 11Canal 11Algún puente del canal 11
Fue interesante descubrir que, al hallar la vía del ferrocarril hacia Rauch, el camino paralelo que se extiende hacia el sur estaba cerrado y custodiado. Al preguntarle al guardia, nos informó que el paso ha estado bloqueado durante varios meses debido a un considerable derrame de petróleo que afectó tanto el camino como los campos circundantes (¿?)
Otro puente sobre el canal 11Puente ferroviario sobre canal 11 Ramal Las Flores-RauchPuente sobre canal 11
Finalmente, cruzamos la RP30 y seguimos por inercia hasta el Puente de Tegui porque se nos ocurrió ver si las lluvias de los días previos habían afectado las compuertas que habíamos visto la vez pasada. Quise pasar la Ranger por el puente pero no me animé: cualquier error la rayaba…
Pasará la Ranger???Quedaban 2 cm de cada lado. No me animé…
Así terminó el paseo, habiendo «casi» completado el recorrido del canal 11. Tendremos que estar atentos cada que vez que pasemos por la RP51 para ver si ese maldito candado no está y conocer su origen en el arroyo Tapalqué.
Habíamos salido de casa el sábado temprano y a través de la RP6 y la RN205 nos arrimamos a la RP51 con rumbo a Tapalqué, donde iríamos a buscar el inicio del canal 11.
Unos kilómetros antes de llegar a la entrada a General Alvear, en uno de los caminos de acceso a José Micheo, nos llamó la atención un puente reticulado sobre el que nunca antes habíamos reparado. Lo bueno de andar con tiempo y sin muchos planes es que hace que no cueste nada desviarse e ir a curiosear. Seguro no era un puente ferroviario ya que no hay vías tan cercanas a la RP51.
A los dos kilómetros de andar, se materializó ante nosotros, mostrando uno de esos puentes que uno no se explica porqué semejante estructura se dispuso allí: no parece ser una ruta que justifique un puente de tamaña importancia.
Un ignoto y enorme puente sobre el acceso a MicheoImpresionante estructura en un camino de poco tránsitoSorprendente vano libre de 50 metrosEnmarcado por un bellísimo entorno natural
Se trata de una estructura reticulada roblonada con calzada de hormigón pensada para soportar altos tonelajes, uno de esos tantos misterios de nuestra provincia de Buenos Aires.
Disfrutando el panorama desde el puenteEstructura roblonada de las de antesUna delicia para los ingenieros…La Ranger siempre descubriendo cosas nuevas
Pero no es todo lo que vimos: el arroyo que cruza, el Las Flores, en ese lugar tiene un paisaje espectacular que invita a detenerse y tomar unos mates en su orilla, que es lo que hicimos.
Seguramente debe ser un lugar frecuentado por pescadores aunque debo reconocer que se encuentra muy limpio, lo que denota que no es mucha la gente que lo visita. Lo recomendamos.
Un lugar encantadorEste árbol me recordó a BÁRBOL, el del Señor de los AnillosBARBOL, de nuevoPaz total en el arroyo Las FloresPanorama desde el puenteQué lindo lugar!
Después esta imprevisto desvío, le metimos casi derecho hasta el canal 11 para tratar de descubrir su inicio, el cual se encuentra sobre el arroyo Tapalqué antes de ingresar a esta localidad.
Digo casi derecho porque nos desviamos por un camino rural a un puente accesible sobre el mismo canal 11 muy cercano a la RP51 con el objeto de ver si sería posible costear sus márgenes luego de conocer sus inicios, ya que los primeros kilómetros, hasta las cercanías de Campodónico, lucía sin huellas en las satelitales. Efectivamente es así ya que aún sobre un poco transitado camino rural había candados. Mal indicio para la tranquera que nos interesaba sobre la RP51 a la que llegamos pasando por el Paraje El Triángulo.
Canal 11 desde un puente cualquiera hacia el esteCanal 11 desde el mismo puente hacia el oeste
La tranquera que nos interesaba, al final tenía candado, aunque a veces debe estar abierta porque también tenía gancho. Sólo estábamos a dos kilómetros y medio de las compuertas, las que a lo lejos las divisamos desde el puente de la RP51; estas deben estar seteadas para evacuar las crecidas del arroyo Tapalqué porque el canal casi estaba sin agua en este momento, es decir que este canal aquí funciona por rebalse de las crecidas.
La tranquera que no nos franqueó el paso hacia el inicio del canal 11Desde el puente de la RP51 hacia el nacimiento del canal 11A lo lejos, las compuertas del canal 11 sobre arroyo Tapalqué en su nacimiento
Dudamos en acercarnos caminando pero no nos animamos a dejar la chata sola sobre la ruta. Habrá que estar atentos cada vez que pasemos por allí a ver si el candado no está. Un fracaso que nos obligó al Plan B, de recorrer estaciones del extinto Ferrocarril Provincial.
No obstante al continuar hacia el sur por la RP51, investigamos otra tranquera de la estancia Las Delicias que parecía apuntarle al arroyo Tapalqué, pero también tenía candado y gancho. Lo curioso fue encontrar un poema escrito sobre las tablas de la tranquera, algo que no habíamos visto nunca. Una tranquera poética…
Otra tranquera alternativa con candado que nos impidió llegarTranquera poética en estancia Las Delicias
Era el momento de sintonizar el tramo del Canal 11 que ayer habíamos tenido que abandonar. La única certeza era que sabíamos hasta donde habíamos llegado ayer, es decir que teníamos los kilómetros finales resueltos si alcanzábamos ese punto.
También sabíamos que los primeros kilómetros desde la RP30 lucían bien en las satelitales hasta un importante puente de hormigón, el puente Tegui.
Puente de la RP30 sobre canal 11
En este tramo encontramos dos interesantes compuertas, una de las cuales era un muestrario de engranajes, sinfines, poleas, ejes y cables, sorprendentemente en muy buenas condiciones de conservación, justo enfrente donde el arroyo El Gualicho desemboca en el canal 11.
Compuertas y engranajesEngranaje con sin finPiñonesTambores ranuradosCompuertasCompuertas deslizantes
La otra es diferente ya que parecería que su operación era manual a través de la colocación de mamparas que se movían a través de algún carrito con vías decauville desde un galpón de almacenamiento de chapa que misteriosamente conserva intacta su estructura.
Otro modelo de compuertasCompuertas con vías decauvilleCompuertas y galponMecanismos extrañosCompuertas lado exterior del canal
Luego de alcanzar el puente Tegui, se acabó el camino y nos lanzamos por dentro del canal, por su margen norte. Recordar que casi todos los canales tienen un cauce central angosto por donde normalmente circula agua en forma permanente y un cauce ancho intermedio, delimitado por los taludes laterales que contiene el agua en casos de inundación.
Puente TeguiPuente TeguiPuente Tegui
A lo largo de los veinte y tantos kilómetros que transitamos por dentro del canal, encontramos más compuertas (todas en la margen sur) y un puente que según los viejos mapas del IGM se identifica como Mostacillas. El transito fue lento pero sin complicaciones por huellas muy tenues seguramente marcadas por pescadores, acompañadas por mucha fauna acuática que molestamos con nuestro andar.
Por el fondo del canal 11Fondo del canal 11Canal 11 lado surTerraplén norte del canalPuente MostacillasCanal 11 desde puente MostacillasHermoso ganso salvaje?Islita en canal 11Compuerta lado sur del canal 11
Con gran satisfacción alcanzamos el punto donde ayer habíamos claudicado pero por fuera del canal. Realmente si nos hubiéramos aventurado por dentro, en lugar de hacerlo por la cresta de los terraplenes, sin duda hubiéramos logrado hacerlo ayer.
Seguimos por dentro del canal y así llegamos otra vez al puente El Zorro, desde donde nos dirigimos por el camino vecinal que lo atraviesa hasta el canal 12.
Sobre el puente decidimos que recorrer todo el canal 12 nos iba a llevar mucho tiempo y nos alejaba demasiado del regreso. Así que encaramos solamente el tramo final que desemboca en el canal 11 donde nace el canal 9 y si no sobraba tiempo nos asomaríamos al paraje y estación Real Audiencia.
Extenso puente sobre canal 12
En ese corto tramos encontramos una torre relacionada seguramente con mediciones de caudal, completamente fuera de servicio y ocupado por palomas y por una lechuza corazón que se asustó con mi presencia cuando me asomé a su interior. También encontramos varias compuertas mientras abrimos y cerramos una pila de tranqueras en los pocos kilómetros que hicimos hasta la RP29.
Canal 12Canal 12Torre de medicion de caudalLechuza corazón escondida en la torreCompuertas de canal 12Compuertas de canal 12Compuertas de canal 12
Casi llegando a la RP29 hay una edificación de la Dirección de Hidráulica, aunque no parece estar dedicada a esto.
Si alguien decide hacer este tramo lo debe hacer en el mismo sentido que lo hicimos nosotros porque en caso inverso, la primera tranquera desde la Rp29 tiene un cartel enlozado que reza: «Prohibido transitar con vehículos automotores». No tengo idea si es mandatorio pero… (salvo que lo hagas a pata o en bicicleta)
Instalaciones de la dirección de Hidráulica de Buenos AiresTranquera infranqueable?
En el próximo episodio los esperamos en el enigmático paraje semiabandonado de nombre pomposo: Real Audiencia
Cuando la lógica indicaba que en plena ola de frío polar lo mejor era quedarse en casa a recorrer canales con el control remoto e incrementar la audiencia televisiva, resulta que salimos de campaña a recorrer canales de desagüe en plena provincia de Buenos Aires y terminar teniendo una real audiencia en una abandonada estación ferroviaria.
Fuimos de la partida cuatro locos, Elsa y Cecilia por un lado y Adriana y yo por la otra, con el regreso estelar al ruedo de mi querida Pampa 02.
Les dejo unas fotitos y en breve desfilarán los reportes: