Nueva versión del viejo sitio www.Lodelpampa.com.ar

Etiqueta: estacion ferroviaria (Página 1 de 2)

LO QUE NOS QUEDABA DEL CANAL 11 y ALGO MÁS…

07 de septiembre de 2024

Después de la saga de Canales Invernales, la duda de cómo se iniciaba el Canal 11 en las cercanías de Tapalqué seguía atormentándome y en la primera de cambio decidimos invertir un día para tratar de dilucidarlo.

Una tranquera detectada en Street View a dos kilómetros del inicio ofrecía dudas pero así todo lo encaramos. Si fallábamos, el Plan B era recorrer algunas cercanas estaciones del Provincial que nunca había visitado, como para justificar el viaje.

El resumen del viaje como introducción, en modo Relive, está AQUÍ

Los detalles de cada lugar visitado, como siempre, en sucesivas entradas:

PERDIDO PUENTE EN EL ARROYO LAS FLORES y EL INICIO DEL CANAL 11

TRILOGÍA DEL PROVINCIAL

TRILOGIA DEL PROVINCIAL

07 de setiembre de 2024

<< Venimos del arroyo Las Flores

Luego del fallido del inicio del canal 11 y de la posibilidad de seguir por sus márgenes desde la RP51, echamos mano del Plan B: visitemos estaciones abandonadas de la zona!

Continuamos hacia el sur por la RP51 y, antes de llegar a Azul, nos topamos con los vestigios de la traza del Provincial. Girando hacia el oeste por un camino rural durante 12 kilómetros, nos dirigimos hacia Eufrmio Uballes. La ruta, que corre paralela a los restos del terraplén, atraviesa una zona propensa a inundaciones, evidenciada por los numerosos restos de alcantarillas y puentes en desuso.

Así arribamos a Eufemio Uballes, uno de los tantos lugares desolados por donde en algún momento transitó el tren y donde ahora solo persisten ruinas y unos pocos habitantes que residen en lo que probablemente fue la vivienda de los trabajadores ferroviarios. Costó cruzar el alambrado eléctrico sin riesgos y pudimos sacar unas «bonitas» fotos del naufragio ferroviario, tristes pero reveladores de lo que alguna vez fue…

La estación lleva el nombre del médico Dr. Eufemio Uballes (1848-1933), impuesto en homenaje al donante de las tierras donde se estableció la estación ferroviaria, el 6 de octubre de 1930, y su primitivo poblado.

Más luego retrocedimos a la RP51 por el mismo camino, la cruzamos y nos dirigimos al pequeño poblado de Ariel, donde nos encontraríamos con una estación en bastantes buenas condiciones que se destaca porque tiene un andén central, producto que allí se dividía el ramal a Olavarría y a Azul. Imaginen el tráfico que debía existir para que hayan previsto esa situación de que un tren podía esperar al otro para hacer la combinación.

Antes de meternos a fotografiar la estación, nos acercamos a un humilde comercio cercano para verificar que no hubiera problemas para ingresar.

Ariel es un muy pequeño poblado con no más de 40 habitantes donde cuesta imaginar cual es la actividad que les provee el sustento, aunque claramente viene por el lado de algo de agricultura y ganadería. Se fundo allá por los años 1930, lógicamente cuando pasó el ferrocarril.

El origen de su nombre es bastante singular, dado que proviene de un libro escrito por el uruguayo José Enrique Camilo Rodó Piñeyro, inspirado en un ensayo de William Shakespeare, del cual transcribo una sintética reseña:

El motivo por el cual este libro le dio el nombre a este paraje, no lo pude hallar; de todos modos es la primera vez que encuentro un pueblo que toma el nombre de un libro y encima en un lugar tan remoto, tan lejos de la civilización cuando se fundó.

Esta obra es un «sermón laico» dedicado a la juventud de América, y él la escribió con una visión pesimista del futuro de su país y de la religión. Ariel es un ensayo que es basado en la obra The Tempest, una obra de teatro escrita por el autor famoso William Shakespeare; los dos protagonistas principales son Ariel y Calibán, que representan la América Latina y los Estados Unidos, respectivamente. Hasta cierto punto Ariel es una alegoría de las relaciones que existían entre los Estados Unidos y las naciones de Centro y Sur América a comienzo del siglo XX. invita a los lectores a reconsiderar diferentes tipos de poderes (económicos, políticos, sociales, culturales) que existen entre los países de América Latina (Ariel) y los exigentes Estados Unidos

Extraido de WikipediA

Allende Ariel, el camino paralelo a los vestigios del terraplén se desdibuja y después de unos pocos kilómetros, se convierte en una huella muy poco pisada, donde los anegadizos terrenos que atraviesa cada tanto inundan su trazado generando unos vados que por surte tienen piso firme y nos permiten avanzar hacia Campodónico, la próxima estación de la trilogía que visitamos.

Ya habíamos visitado Campodónico, pero fue en un caluroso febrero cuando los árboles alineados a lo largo de su andén lucían exuberantes de follaje, ocultándola parcialmente o más bien protegiéndola. En cambio, ahora se mostraba completamente a la vista, desprovista de cobertura.

Dejamos la camioneta en el camino vecinal y al volver a verla, confirmamos que, salvo lo mencionado anteriormente, todo permanecía igual, inmóvil pero envejecido. A diferencia de las construcciones anteriores, del estilo clásico el Provincial y hechas de mampostería, Campodónico es una construcción de madera que debió ser muy hermosa, aunque distinta a las demás. Resalta un enorme y muy bien conservado galpón de chapa galvanizada que, a pesar de sus casi 100 años, no nuestra signos muy visibles de oxidación.

Aunque no se desarrolló un pueblo en sus alrededores, a poca distancia y casi a la vista, se encuentra la Obra Salesiana San Pascual Campodónico, que cuenta con una hermosa capilla e instalaciones para albergar a grupos de niños durante sus vacaciones. Además, está la famosa pulpería San Gervasio, que pensamos estaba cerrada y no se nos ocurrió visitar, aunque más tarde nos enteramos que justo ese día comenzaba la temporada….

Nos quedaba ver como retomar el canal 11 para tratar de llegar al menos hasta la RP30, que es donde lo habíamos dejado la vez pasada en la otra travesía.

Después de unos pocos rodeos dimo scon él y sin problemas alcanzamos la margen norte, donde un camino costero la mayor parte en buen estado, nos permitió recorrerlo sin gran dificultad. Lo llamativo de este tramo es que en lugar de puentes y compuertas, cada tanto hay grandes cunetas de hormigón por donde el agua puede volcar hacia el canal desde los campos adyacentes sin dañar el trazado. No se que ocurre si el canal tiene un caudal elevado, ya que parecería que puede inundar los campos.

Fue interesante descubrir que, al hallar la vía del ferrocarril hacia Rauch, el camino paralelo que se extiende hacia el sur estaba cerrado y custodiado. Al preguntarle al guardia, nos informó que el paso ha estado bloqueado durante varios meses debido a un considerable derrame de petróleo que afectó tanto el camino como los campos circundantes (¿?)

Finalmente, cruzamos la RP30 y seguimos por inercia hasta el Puente de Tegui porque se nos ocurrió ver si las lluvias de los días previos habían afectado las compuertas que habíamos visto la vez pasada. Quise pasar la Ranger por el puente pero no me animé: cualquier error la rayaba…

Así terminó el paseo, habiendo «casi» completado el recorrido del canal 11. Tendremos que estar atentos cada que vez que pasemos por la RP51 para ver si ese maldito candado no está y conocer su origen en el arroyo Tapalqué.

Nos vemos en la próxima.

REAL AUDIENCIA y CHAS

8 de julio de 2024

<< CANAL 11

Tras recorrer los canales 9, 11 y 12, nos quedó tiempo libre antes de regresar y decidimos visitar un par de estaciones que Adriana y yo ya conocíamos, pero siempre es agradable regresar después de cierto tiempo. Elegimos Real Audiencia y Chas para la visita.

Real Audiencia, con su nombre grandilocuente, en algún momento tuvo su relevancia: un acceso pavimentado desde la RP29, una escuela que al parecer sigue activa, un almacén de ramos generales con estructura de chapa al estilo patagónico, un club de fútbol, unas pocas casas dispersas y, por supuesto, la estación rodeada de plátanos centenarios pero sin vías, las cuales fueron levantadas completamente entre Chas y Ayacucho. Actualmente, es un lugar casi desierto, ya que no hallamos a nadie durante nuestra minuciosa visita.

Esta oportunidad, ante la ausencia de pobladores, no sólo nos asomamos a la estación, sino que recorrimos en detalle las instalaciones no ferroviarias.

Comenzamos con el RAFC (Real Audiencia Fútbol Club), cuyo frente de mampostería es lo único que se mantiene en condiciones aceptables, ya que su interior está totalmente abandonado y en ruinas, con techos parcialmente colapsados sobre los escasos restos que quedan. Es evidente que, tras dejar de ser un club de fútbol, se usó como depósito de maquinaria agrícola y algunas aún se encuentran allí, incluyendo un viejo Rastrojero de los ’70, pobrecito atrapado bajo un techo derrumbado.

La visita prosiguió alrededor del antiguo almacén de tintes patagónicos, que en su parte trasera alberga una vivienda con lo que parece haber sido un encantador patio interno con palmeras. Aunque está todo cerrado, es evidente que ha estado deshabitado por mucho tiempo. Esto se hace evidente al observar la hierba crecida en las canaletas de los techos, que evidencia la falta de mantenimiento.

Nos quedaba por ver la estación, en realidad el andén, unos pocos edificios auxiliares de chapa y madera y los sanitarios, ya que el edificio principal fue demolido.

Gigantescos plátanos, probablemente centenarios, adornan el extenso andén no solo con su imponente presencia sino también con la alfombra de hojas doradas y crujientes que lo recubren por completo.

Nos asomamos a las instalaciones sanitarias que vaya a saber porqué motivos sobrevivieron a la demolición. Igual a muchas de estos estos ramales pero con la particularidad que estaban enteritas, incluyendo un antiguo depósito de fundición para el agua de los mingitorios. La leyenda, en relieve en la fundición, nos indica que es escocés de la fábrica Saunders and Connor (Barrhead) y que data de 1897
Una verdadera reliquia abandonada en el medio de la nada.

Nos quedaba echarles un vistazo a las construcciones de chapa y madera, que erróneamente en el pasado creí que eran la propia estación. En realidad se trata de viviendas, seguramente para el personal de operación y mantenimiento de vías.

Pese a su total abandono, se nota que estuvieron muy bien construidas y que debieron ser muy confortables. El diseño de los cielorrasos es muy bonito, con su forma amesetada en el centro. Por su estado pareciera que quienes las habitaban huyeron de un día para otro ya que muchas cosas quedaron tiradas allí…

Y así dejamos a la solitaria real Audiencia, después de pasar frente a lo único que parece vivo, la escuela.

Nos quedaba un poquito de hilo en el carretel y lo gastamos en una breve pasada por Chas, como para ponerle el moño al viaje

Parte de la estación es el destacamento policial de Chas y el lado de andén de la estación luce impecable: tiene sus vías ya que el ramal a Las Flores no fue levantado (aún).

Enfrente del lado andén, hay una capilla, en cuyo fondo hay una cancha de paleta abandonada pero entera todavía. También una casa muy vieja, tapada por la vegetación y en cuyo techo han echado raíces unos árboles bastante grandes que llaman mucho la atención.

Y así terminamos este hermoso paseo con nuestras dos queridas amigas Elsa y Cecilia. Esperamos se repita pronto aunque Cecilia ahora va estar medio lejos (Habrá que ir a visitarla a Calafate…)

EL VADO DE LA TRINIDAD

29 de octubre de 2023

Despues de visitar el Paso de la Muerte seguimos nuestro derrotero serrano, ahora buscando el Vado de la Trinidad, donde esperábamos bautizar a Pampa 03.

No atravesar el Paso de la Muerte nos llevó a un largo rodeo por el sur que nos hizo pasar por AZUCENA, estacion que ya habíamos visitado allá lejos en el 2011, donde el paso a nivel nos regaló el pasaje de un tren carguero larguísimo cuyo desfile en subida pude filmar completamente.

Un tren de carga a toda potencia subiendo hacia Azucena

Luego aterrizamos en el bucólico pueblo de María Ignacia (Estación VELA).

Me encantó este último pueblo; tiene una paz, una tranquilidad, una prolijidad que genera una sana envidia para los que nos toca vivir en el conurbano bonaerense.

Era la hora de la siesta, así que casi no había nadie por la calle y como es habitual nos fuimos a visitar la estación, que por cierto está muy bien cuidada.

Cumplido el ritual ferroviario, nos abocamos a buscar cómo llegar al Vado de la Trinidad.

Si bien hasta el momento no habíamos tenido indicios de lluvias en todo el recorrido, a partir de ahora era evidente que la noche anterior había caído algún fuerte chaparrón y por lo tanto, de vez en cuando debimos sortear algunos charcos, que se iban incrementando a medida que os acercábamos al cauce del Arroyo de los Huesos, el cual nos proporcionaría el vado de la Trinidad. Se me instaló la duda si iba a ser practicable pero no le iba a aflojar…

En los últimos metros de aproximación, obviamente un bajo inundable, la huella se volvió resbaladiza y probé con éxito el modo «resbaladizo» del control de tracción de Pampa 03.

Y apareció el vado: era bastante ancho y con mucha correntada, lo suficiente para envalentonarme y poner a prueba la chata. Así que por primera vez puse la 4×4 baja con el bloqueo y me mandé. Tenía casi medio metro de profundidad pero el piso era muy firme, pero lo supe mientras estaba cruzando.

Por supuesto que pasamos sin problemas y Pampa 03 tuvo su bautismo acuático. Tiene que ir aprendiendo…

Después de este evento , solo quedó regresar pasando por Pablo Acosta y por Boca de las Sierras. Un excelente recorrido en sólo dos días.

CALFUCURÁ

28 de octubre de 2023

<< NAHUEL RUCA

Salimos de NAHUEL RUCA rodeando el cuadro de la estación para terminar de conocer el paraje, pasando frente a la escuela.

Por un poco transitado camino paralelo a lo que fue el terraplén ferroviario, nos fuimos acercando a través de entretenidos diecinueve kilómetros de arboledas y pastizales.

Al llegar al lugar donde el GPS nos indicaba CALFUCURA, encontramos un espeso y tupido bosque que escondía completamente las instalaciones ferroviarias en el supuesto que existiesen todavía.

Realmente daba la impresión que nos habíamos equivocado de sitio, ya que recordaba haber visto alguna foto en internet del estilo de Nahuel Ruca.

Dejé la chata al cuidado de Adriana y me interné en la vegetación para ver si encontraba algo.

Después de unos casi cincuenta metros de andar agachado esquivando ramas y pastizales apareció el galpón, increíblemente oculto desde el camino. Muy lejos no podía estar la estación pero todavía no se la veía.

Seguí adelante con cada vez más dificultad porque se sumaron unos arbustos espinosos y no quedó otro remedio que seguir un caminito de animales que no sabía adonde me llevaría.

Pero todo tiene su premio y la estación apareció por fin, completamente cubierta por vegetación y árboles caídos. Está vandalizada, pero no tanto ya que, como les vengo diciendo no está a la vista de depredares ocasionales.

El lugar es muy interesante porque al estar tan aislado parece que uno está en otro mundo.

Hice un rápido recorrido corroborando que al menos existe un nomenclador y por detrás encontré una huella que tal vez permita llegar desde el otro lado del cuadro.

No me quedé mucho más porque seguramente Adriana estaría preocupada por mi silencio de radio y además tenía que volver para que ella la viera.

De nuevo hice el tortuoso regreso y por supuesto que no pude reproducir por donde había llegado y terminé saliendo bastante alejado de donde estaba Adriana.

Antes de hacerla pasar por todo el ramaje, decidí probar por el otro lado del cuadro y entonces un «paso a nivel» con una tenue huella permitía cruzar las «vías» y luego retrocedía hacia la estación.

Bueno, desde acá tampoco se la veía pero parecía ser menos espesa la vegetación, así que estacionamos mas o menos enfrente y cruzamos un alambrado rumbo al edificio. De este lado no fue tan difícil llegar y ahora nos abocamos a relevar más detalles.

Empezamos por buscar el nomenclador norte, recorriendo el otrora larguísimo anden pero sólo hallamos restos de las columnas. Entre las malezas ahora apareció el tanque metálico de agua, sorprendentemente oculto pese a su tamaño.

También pudimos ver que al menos había tres vías de desvío, lo que muestra que era una estación destinada a mucho movimiento de trenes de carga.

Volvimos a ver el edificio que, aún vandalizado, conserva muchos detalles de interés.

Valió la pena arriesgar a quedarnos sin gasoil y recortar el paseo del día siguiente.

Realmente visitar este lugar es una experiencia única para apreciar el poder de la naturaleza para retomar el control que alguna vez le arrebató el hombre cuando el camino de hierro se aventuró por aquí.

Veremos como seguimos en función de la reposición de combustible, por ahora nos vamos hacia la laguna La Brava.

ESTACIONES Y PARAJES SERRANOS DEL SE BONAERENSE

28 y 29 de octubre de 2023

Continuando con la «puesta en servicio» de Pampa 03 y con nuestra adaptación a ella, ahora encaramos una vuelta un poco más larga para que duerma una noche afuera y le sienta el gusto no sólo a los caminos de tierra sino también a los caminos de ripio y piedra de las sierras de Balcarce y Tandil más un interesante vadeo que saqué de la manga buscando en los mapas.

Hay que irla acostumbrando al futuro que indudablemente se le vendrá encima, más allá que Pampa 02 no le va a dar espacio para las difíciles.

En resumen, esta vez nos dirigimos primero hacia la costa por la RN11 para visitar dos esquivas e interesantes estaciones abandonadas del ramal Guido-Vivoratá como son NAHUEL RUCA y CALFUCURÁ, para luego alojarnos y pasar la noche en la laguna LA BRAVA.

Al día siguiente nos internamos por caminos y huellas serranas de Balcarce y Tandil para descubrir el PASO de LA MUERTE, conocer el paraje DOS NACIONES y por último atravesar el VADO DE LA TRINIDAD cerca de la pintoresca BOCA DE LAS SIERRAS y volver a casa por la RN03 totalizado más de 1000 km.

Salimos temprano de casa y tomamos la Autovía 2 hasta Dolores donde nos dimos cuenta que todos nuestros planes podían verse interrumpidos por la falta inexplicable de combustibles. Ninguna estación de servicio hasta allí vendía gasoil premiun y por las dudas, donde pudimos le metimos unos litros de gasoil común con mucho dolor a la pobre Ranger nueva, para por lo menos asegurar el regreso a casa desde La Brava, si se pudría todo.

Nos desviamos en Dolores por la RP63 y después tomamos la Autovía 11 con la intención de entrarle por la retaguardia a estas dos estaciones antes mencionadas. Comprobamos lo correcto de cargarle algo de gasoil «inadecuado» previamente ya que en General Madariaga ni siquiera había gasoil del común y por la radio decían que en Mar del Plata lo poco que se conseguía era con interminables colas.

Desde Madariaga empezamos a recalcular para recorrer las menores distancias y abandonamos la RP11 cortando por camino por tierra pasando por JUANCHO y retomándola ya cerca de la albúfera de Mar Chiquita.

Desde allí la idea era acceder directamente a CALFUCURÁ siguiendo la margen sur del canal 5 pero una tranquera cerrada nos vedó el paso y cambiamos los planes yendo primero a NAHUEL RUCA, lo que implicaba extender bastante el kilometraje previsto peligrando aún más el regreso por la falta de combustible

Los invitó a conocer NAHUEL RUCA >>

PUEBLOS TRANQUILOS SOBRE EL RAMAL A BOLIVAR

7 de octubre de 2023

<< Venimos de PUEBLITOS e ISLAS

Después de la grata sorpresa de ISLAS, un breve trayecto de asfalto nos deposita en VALDÉS, un poblado de cierta importancia y muy pintoresco con grandes palmeras que adornan su principal avenida con boulevard, de tierra, que costea el ferrocarril.

Sábado al mediodía era un desierto total, sólo estábamos nosotros…

AGUSTIN MOSCONI (280 habitantes) es el próximo eslabón de la cadena, al cual accedemos por un camino vecinal que costea las vías enhebrándola varias veces.

Otro pueblo desierto en la siesta del sábado, en el medio de los arenales del oeste.

Luego de un infructuoso intento de costear las vías para llegar a HUETEL, debimos recular y hacer un largo rodeo para acceder a esta estación sin pueblo, aunque con una interesante historia de una estancia homónima que aloja un palacio de los más suntuosos del país, cuyo resumen lo pueden leer AQUÍ. No intentamos siquiera visitarlo a sabiendas que es difícil, sólo pasamos por la estación.

A DEL VALLE (889 habitantes) llegamos volviendo a costear a las vías por muy arenosos caminos donde nos encontramos con una población importante con instalaciones impecables. Tiene su nombre en memoria del coronel Narciso Del Valle, participó en las operaciones militares contra los aborígenes en el siglo XIX.

Por último, también costeando las vías, llegamos a final de nuestro recorrido por el ramal, al prolijo pueblo de HALE (210 habitantes)

Y así completamos lo que nos faltaba de este ramal que a partir de allí hacia el sur, desde SANTOS UNZUÉ hasta RIVERA ya lo habíamos recorrido con mi entrañable amigo Coco, hace unos años, cuando visitamos 33 estaciones de un saque.

Volvimos a la RN205 cerca de Bolívar sin planes especiales, los que inventamos mientras nos tomábamos unos mates y nos llevaron a un extraño desvío por los pagos del ferrocarril provincial.

IGNOTAS SIERRAS DEL SUR RIOJANO

26 al 27 de julio de 2017

<< Canteras y arte rupestre

Primera actividad de la mañana fue ir a visitar la casa del Chacho Peñaloza, donde fue asesinado brutalmente, después de rendirse frente al enemigo.

Fue el 12 de noviembre del año 1863 durante la presidencia de Bartolomé Mitre y luego de matarlo, exhibieron su cabeza en una pica en la plaza de Olta.

La muerte del Chacho inundó de tristeza a La Rioja, debido a que el caudillo era una figura muy popular. Cosas oscuras de la historia, que según quien la cuenta y en que contexto se la encaja, se pasa de héroe a villano y viceversa.

La Discovery se venía quejando al pasar los cambios y finalmente se plantó. Y no hubo más caso. Mientras el resto del grupo se fue a pasear por los alrededores, de Olta, con Claudio nos abocamos a tratar de analizar el problema en la YPF de la RP76, el cual se reveló como una rotura de una selectora de plástico en la base la palanca de cambios.

Una ingeniosa reparación con «Perbond» y unos rezos esotéricos a San Land Rover nos pusieron en camino nuevamente y nos encontramos con el grupo en el dique de Anzulón para iniciar la recorrida de las sierras del sur de La Rioja.

Primero nos dirigimos a Desiderio Tello, donde pasamos a visitar la estación ferroviaria en desuso y abandonada a su suerte, como verán en el carrusel siguiente:

Luego ya nos adentramos por las huellas y caminos de tierra por el corazón del sur de las sierras riojanas.

Era un enigma lo que había allí adentro y la intención era conocerlas en profundidad por lo que le dedicaríamos un par días para meternos en todas las sendas que aparecieran.

Subimos hacia el norte pasando por ignotos caseríos como Chelcos, Árbol Barrido, El Cerco, El Quemado, Mollaco y Nacate, disfrutando de solitarios y novedosos paisajes y angostas huellas enroscadas, sin mucha dificultad.

Más fotos de este tramo en el visor:

Después de mucho deambular llegamos a la ruta que une Olta con Malanzán a la altura de Solca, habiendo completado el primer cruce sur-norte del viaje por esta zona desconocida de La Rioja.

Sobre esta ruta provincial hay formaciones rocosas muy curiosas, una suerte de Talampaya en miniatura, donde también se pueden encontrar petroglifos al costado mismo de la ruta. A la zona se la denomina Reserva Provincial Guasamayo y realmente es muy poco conocida pese a que es de muy fácil acceso.

Se destaca una formación icónica, una geoforma llamada El Loro, cuyo nombre al tallado ejecutado por erosión fue muy bien elegido.

A la tardecita llegamos a Malanzan, donde nos acomodamos como pudimos y disfrutamos de una cena grupal en el único boliche tipo pizzería donde cabíamos todos.

A la mañana siguiente seguimos hasta El Portezuelo , para visitar el dique homónimo, con bajo nivel de agua.

Desde allí volvimos a internarnos en el corazón de la sierra con el objetivo de llegar hasta Tuani, un caserío perdido en su interior, que era el ícono desconocido de esta parte del viaje. Pocos kilómetros después de dejar El Portezuelo atravesamos el pequeño poblado de Puluchan.

Seguimos recorriendo algunas huellas y cauces secos de ríos, con paisajes cada vez más agrestes e interesantes. Igualmente hay mucha población dispersa en estas sierras, corroborado por el populoso y respetable cementerio que encontramos en los alrededores de Puesto Salana, en el cual observamos muchos detalles llamativos, como por ejemplo una placa que recordaba, además de lo habitual, la hora del fallecimiento.

La huella a Tuani se desdibujaba y cuando conseguimos preguntarle a alguien, nos dijo que desde allí en adelante estaba abandonada porque había ocurrido un derrumbe y no se podía pasar. Nada mejor para intentar ir.

Efectivamente la huella no estaba pisada y después de unos kilómetros encontramos los restos del derrumbe. No era muy grave, corriendo una cuantas piedras con los malacates seguramente podríamos pasar. Y lo hicimos: el camino a Tuani estaba expedito, aunque aclaramos que desde el norte hay otra opción transitable.

Tuani es un caserío embutido en un angosto y bonito valle de un río seco muy pedregoso. El atractivo era investigar por qué habiendo poblaciones muy cercanas al sur, como Villa Casana, no había camino que las vinculara. Tal vez podríamos intentar algo.

Los pobladores nos explicaron que es una vieja aspiración porque los acercaría rápidamente a Chepes pero que solamente había una senda para caballos y caminantes por un vallecito paralelo al río.

Primero lo intentamos por el río pero era muy angosto y plagado de grandes piedras, imposible para chatas. La huella peatonal, si bien al principio era accesible para vehículos, al poco de andar también se hacía imposible. Abortamos, aunque creemos que debería ser la traza a abrir en el futuro. Posiblemente motos puedan pasar.

Nos volvimos por la misma huella que habíamos recuperado del derrumbe y nos encontramos con una tumba aislada construida de material casi sobre la huella que prácticamente había que esquivar y que no habíamos visto a la ida, algo muy extraño lo pienses como lo pienses: ¿La huella estaba antes o después de la tumba? ¿ Por qué la senda le pasó tan cerca o por qué la erigieron sobre el camino? Nada pudimos averiguar, la tumba no tenía identificación alguna.

Se nos hizo de noche cerca del cementerio de Puesto Salana, donde había un excelente lugar para acampar en el cauce de un rio seco cercano.

Medio lúgubre, pero nos alejamos lo suficiente para respetar la paz de los difuntos. Armamos un flor de campamento de varias carpas y compartimos en el medio de la nada, una cena y un fogón increíble con amigos.

También compartimos una pila de botellas…

CONTINUARÁ >>

GRANITO Y ARTE RUPESTRE EN EL NOROESTE CORDOBÉS

24 de julio de 2017

<< Ruta de los Cabritos

Desandamos la RP38 hacia el sur hasta Tuclame, desde donde nos internaríamos hacia las sierras de Serrezuela y Guasapampa, las que recostadas sobre el noroeste cordobés, marcan claramente un límite físico con los llanos riojanos.

Es una zona poco conocida que siempre nos llamaba la atención por su relieve montañoso toda vez que pasábamos raudos hacia el norte por la RP38.

Revisando los viejos mapas del IGM, las curvas de nivel nos resultaron llamativas por el paralelismo de las dos sierras y por el valle intermedio por donde desciende el río Guasapampa hacia el norte. No sabíamos que podíamos encontrar pero lo íbamos a averiguar.

El camino ripiado sale de Tuclame y se arrima a la sierra de Serrezuela y la bordea por el este pasando por Puesto Las Chacras y la cruza por un abra en Aguas de Ramón: la sierra de Serrezuela parece continuar hacia el sur hasta perderse a unas decenas de kilómetros.

Aguas de Ramon es un pequeño caserío a 400 msnm donde se destaca una humilde iglesia de la Virgen del Valle.

Es un viejo asentamiento que data de principios de siglo XX y cuya suerte estuvo ligada a los conflictos bélicos mundiales, debido a que en la zona existieron minas donde se extraía wolframio, material indispensable para la fabricación de armamento. Tuvo su inicio con la Primera Guerra Mundial y la extracción de mineral se extendió con marcadas irregularidades, hasta mediados del siglo XX con el final de la guerra de Corea. Algo parecido al famoso proyecto de Pueblo Escondido, en el Cerro Áspero, cerca de Merlo, aunque con menos desarrollo fabril.

Para quien le interese la minería del lugar, un antiguo informe geológico del año 1959 detalla lo que acabo de describir con mucho más detalle:

https://repositorio.segemar.gov.ar/handle/308849217/799;jsessionid=637D18AEE4A7B9EC4B99A213A13FBE29

Ahora el camino, no muy transitado por cierto, continua hacia el sur por un valle que discurre entre las sierras de Guasapampa y Serrezuela por donde desciende el intermitente río Guasapampa.

La zona tiene abundante vegetación y es muy pintoresca, atravesando diversos parajes y caseríos como Guasapampa y Totora Huasi. No es tan verde por la época del año, pero debe serlo en primavera y verano.

El primer poblado de cierta relevancia que asoma más al sur es LA PLAYA, una pequeña localidad de unos 200 habitantes. Desde allí habíamos detectado que se descolgaban unas huellas hacia el oeste que tal vez nos permitirían una vista aérea de los llanos riojanos o hasta bajar tal vez…

Cuando paramos a preguntar por la factibilidad de esas huellas, también nos enteramos que estábamos en tierras de canteras de granito y pinturas rupestres, una gratísima sorpresa que no esperábamos recibir.

Aprovechamos que era cerca de mediodía para hacer una picada en una especie de modesta plaza en el pueblo. Justo enfrente había una semiderruida construcción fabril que parecía ser un horno construido con bloques de granito y que por supuesto fuimos a curiosear.

Las huellas por las que consultamos existían pero posiblemente tendrían candados ya que se internaban en propiedades privadas; nos dirigimos a comprobarlo observando que el recorrido estaba plagado de bloques y piezas de granito por doquier; hasta los esquineros de los alambrados, las barandas de los puentes y los puntales de las tranqueras eran de piedra.

Cuando estábamos cerca del «balcón» a los llanos riojanos, una tranquera con candado nos cerró el paso y no había nadie para interceder. Restaba ver si podíamos acceder a las canteras y al arte rupestre, para lo cual al regreso comenzamos a preguntar a cada alma que encontramos.

Y en uno de los intentos, un gentil poblador, del cual lamentablemente no recuerdo su nombre, nos ofreció mostrarnos su cantera de granito y unas pinturas rupestres que se encontraban en su propiedad. Bingo!

No sólo nos permitió el acceso sino que nos explicó la metodología de extracción del granito, un trabajo muy duro, peligroso y artesanal, donde cualquier error te cuesta un accidente. Taladros, explosivos, maniobras con grandes bloques, todas acciones riesgosas.

Pinturas Rupestres en los bloques de granito

La trama que subyace a la explotación minera del granito en la pequeña localidad de La Playa parece ser compleja, de acuerdo a las fuentes que consulté.

Hace más de ocho décadas, en la sierra de Guasapampa y en la zona denominada La Charquina (justo en la tranquera que encontramos cerrada), se produjeron hallazgos arqueológicos que datan de miles de años, representados en pictografías, morteros y elementos que la transformaron en un tesoro histórico, cultural y antropológico.

Pero la actividad minera encontró otra riqueza: el granito. Y desde hace más de 20 años, la extracción de este material valioso que se comercializa a gran escala desde la región hacia todo el país es la principal actividad económica de La Playa y de la zona. El problema es que la explotación minera no cuenta con ningún tipo de autorización de la Dirección de Minería de la Provincia ni con un estudio de impacto ambiental que la avale. Ni hablar del proceso de degradación que sufrió en todos estos años el verdadero tesoro arqueológico de la región.

A su vez, la propiedad de las tierras donde se emplaza el pueblo, las minas y los campos cercanos están en un proceso judicial lento y arduo. Los descendientes de Domingo Díaz, quien aparece como propietario de estas tierras desde 1916, reclaman desde hace más de una década la propiedad de más de 10 mil hectáreas, en las que se ubican el pueblo y las canteras. Un verdadero intríngulis que no tengo idea que rumbo ha seguido en estos años.

Seguimos hacia el sur ya medio apurados para llegar a algún sitio donde alojarnos al atardecer que sea cercano a las sierras del sur riojano. Seguimos hacia el sur por el mismo camino, cada vez más poblado de palmeras Caranday hasta encontrarnos en Las Palmas, una localidad sobre el conocido Camino de los Túneles, que por supuesto toma su nombre de las numerosas palmeras de la zona.

Desde allí descendimos por los túneles (en esos años todavía el camino era de ripio) hacia los llanos riojanos, donde tomamos la ruta 20 hacia Chepes hasta cruzarnos con la traza abandonada del ferrocarril Belgrano entre Milagro y Quines, donde el camino que la costea podría permitirnos conocer alguna estación si la luz diurna lo permitía, mientras acortábamos camino.

LA ISLA

Con menos de la luz justa, alcanzamos a visitar LA ISLA, una estación habitada por algún poblador en el medio de la nada, por supuesto sin rieles ni durmientes aunque bastante entera dentro de todo.

El final del día nos encontraría en OLTA, donde nos acomodamos para compartir una cena y alojarnos para seguir al día siguiente por las sierras del sur riojano, los pagos del Chacho Peñaloza.

Ignotas sierras del sur riojano >>

TOTORALEJOS

22 de julio de 2017

<< Todo empezó acá

Desde distintos puntos del país cada uno se las ingenió para arrimar a Recreo; en nuestro caso Claudio me pasó a buscar a las seis de la mañana por mi casa y arrancamos sin problemas por la AU9 haciendo una parada intermedia en ONCATIVO, primero para degustar los famosos y riquísimos sándwiches de salame y queso y después  reponer combustible entrando a la ciudad. No pudimos cargar en la YPF que está sobre la AU9 porque la cola era infernal.

Sin parar cruzamos Córdoba, Jesús María y Deán Funes y mientras transitábamos al costado de la Salinas Grandes, siendo bastante temprano propuse  desviarnos a curiosear una vieja estación abandonada, situación que no iba a ser novedosa para Claudio sabiendo que viajaba conmigo.

La estación en cuestión es TOTORALEJOS, un páramo en el medio de la nada al borde las Salinas Grandes, que a priori sólo podía tener razón de ser para reponer agua a las vaporeras.

Al acercarnos la sorpresa fue mayúscula: además de la estación en ruinas observamos cuatro enormes construcciones abandonadas y al acercarnos notamos que se trataban de viviendas colectivas. No había indicios de actividad alguna que pudiera requerir tanta gente viviendo allí y nos quedó la intriga.

Recorrimos todas la zona prolijamente y no arribamos a ninguna conclusión que justifique el porqué de ese pequeño pueblo: no hay vestigios de galpones ferroviarios (¿talleres?), ni de instalaciones salineras y como lugar para vivir ni siquiera se lo puede pensar por lo que se capta a simple vista.

Al regreso en casa, navegando por Internet, nos enteramos que efectivamente además de usarse como parada para recargar agua a las vaporeras (que se almacenaba en vagones tanque que se traían de otro lado ya que no hay agua en el paraje), existían talleres ferroviarios y se usaba como campamento de vía y obras, donde vivían unas 20 personas.

Les dejo un artículo muy interesante de la Voz del Interior con el testimonio del último habitante, Miguel Palacios, que desafortunadamente no tuvimos oportunidad de conocer personalmente:

http://archivo.lavoz.com.ar/2003/0629/portada/nota175146_1.htm

La traza de la antigua RN60 antes pasaba al oeste de las vías y decidimos seguirla para ver si llegábamos hasta Recreo.

Ancha y consolidada se desarrolla en el medio dela salina pero a medida que nos alejábamos del caserío su estado empeoraba, como si la salina se la estuviese tragando.

Una alcantarilla destruida por un cruce de agua nos frenó en seco al comprobar la poca consistencia del piso. Estando solos y sin nada de donde agarrarnos con el malacate, decidimos desandar el camino y volver al asfalto por donde habíamos entrado.

Al cruzar el límite con Catamarca, consultamos al policía que nos detuvo a pedir documentación por las posibilidades de cruzar las Salinas Grandes por el medio y muy seguro nos dijo:

 – Ni se les ocurra. Los últimos días varios incautos quisieron hacerlos y los tractores los están esperando para cobrarles tres o cuatro lucas por sacarlos (1 USD=17 pesos en ese momento)

Lo que no sabía el buen hombre es que con ese discurso nos había terminado de clavar la espina para intentar cruzarla como sea.

Llegamos a Recreo antes que el resto y nos ocupamos de alojarnos en el único lugar decente que encontramos, la hostería Recreo frente a la ruta, donde nos pudimos acomodar casi todos. Pablo y Julio, que venían algo demorados, al final se quedaron en Chamical para encontrarnos el domingo a la mañana en la entrada a la salina, sobre la RN60.

La cena en un boliche frente a la plaza de Recreo estuvo espectacular con el agregado que el divertido dueño del boliche nos toreó toda la noche con que nos pagaba un chivo la noche siguiente si lográbamos cruzar la salina por donde le dijimos.

No es que no nos tenía fe, sino que calculó que no íbamos a desandar 200 kilómetros para cobrarle la apuesta. Pícaro el hombre…

Ruta de los Cabritos >>

« Entradas anteriores

© 2024 Lodelpampa_new

Tema por Anders NorenArriba ↑