Desde distintos puntos del país cada uno se las ingenió para arrimar a Recreo; en nuestro caso Claudio me pasó a buscar a las seis de la mañana por mi casa y arrancamos sin problemas por la AU9 haciendo una parada intermedia en ONCATIVO, primero para degustar los famosos y riquísimos sándwiches de salame y queso y después reponer combustible entrando a la ciudad. No pudimos cargar en la YPF que está sobre la AU9 porque la cola era infernal.
Sin parar cruzamos Córdoba, Jesús María y Deán Funes y mientras transitábamos al costado de la Salinas Grandes, siendo bastante temprano propuse desviarnos a curiosear una vieja estación abandonada, situación que no iba a ser novedosa para Claudio sabiendo que viajaba conmigo.
La estación en cuestión es TOTORALEJOS, un páramo en el medio de la nada al borde las Salinas Grandes, que a priori sólo podía tener razón de ser para reponer agua a las vaporeras.
Al acercarnos la sorpresa fue mayúscula: además de la estación en ruinas observamos cuatro enormes construcciones abandonadas y al acercarnos notamos que se trataban de viviendas colectivas. No había indicios de actividad alguna que pudiera requerir tanta gente viviendo allí y nos quedó la intriga.
Estación TotoralejosTotoralejos por la ventanaTotoralejos por la ventana
Recorrimos todas la zona prolijamente y no arribamos a ninguna conclusión que justifique el porqué de ese pequeño pueblo: no hay vestigios de galpones ferroviarios (¿talleres?), ni de instalaciones salineras y como lugar para vivir ni siquiera se lo puede pensar por lo que se capta a simple vista.
Barrio de viviendasViviendasViviendas Otro edificio vandalizadoMas construcciones abandonadas
Al regreso en casa, navegando por Internet, nos enteramos que efectivamente además de usarse como parada para recargar agua a las vaporeras (que se almacenaba en vagones tanque que se traían de otro lado ya que no hay agua en el paraje), existían talleres ferroviarios y se usaba como campamento de vía y obras, donde vivían unas 20 personas.
Un aljibeSemblanzas de la soledadDesolaciónAbandono
Les dejo un artículo muy interesante de la Voz del Interior con el testimonio del último habitante, Miguel Palacios, que desafortunadamente no tuvimos oportunidad de conocer personalmente:
La traza de la antigua RN60 antes pasaba al oeste de las vías y decidimos seguirla para ver si llegábamos hasta Recreo.
Ancha y consolidada se desarrolla en el medio dela salina pero a medida que nos alejábamos del caserío su estado empeoraba, como si la salina se la estuviese tragando.
Una alcantarilla destruida por un cruce de agua nos frenó en seco al comprobar la poca consistencia del piso. Estando solos y sin nada de donde agarrarnos con el malacate, decidimos desandar el camino y volver al asfalto por donde habíamos entrado.
Un zanja enel camino con piso muy flojoAtardecer sobre las salinas
Al cruzar el límite con Catamarca, consultamos al policía que nos detuvo a pedir documentación por las posibilidades de cruzar las Salinas Grandes por el medio y muy seguro nos dijo:
– Ni se les ocurra. Los últimos días varios incautos quisieron hacerlos y los tractores los están esperando para cobrarles tres o cuatro lucas por sacarlos (1 USD=17 pesos en ese momento)
Lo que no sabía el buen hombre es que con ese discurso nos había terminado de clavar la espina para intentar cruzarla como sea.
Llegamos a Recreo antes que el resto y nos ocupamos de alojarnos en el único lugar decente que encontramos, la hostería Recreo frente a la ruta, donde nos pudimos acomodar casi todos. Pablo y Julio, que venían algo demorados, al final se quedaron en Chamical para encontrarnos el domingo a la mañana en la entrada a la salina, sobre la RN60.
Hostería Recreo
La cena en un boliche frente a la plaza de Recreo estuvo espectacular con el agregado que el divertido dueño del boliche nos toreó toda la noche con que nos pagaba un chivo la noche siguiente si lográbamos cruzar la salina por donde le dijimos.
No es que no nos tenía fe, sino que calculó que no íbamos a desandar 200 kilómetros para cobrarle la apuesta. Pícaro el hombre…
Un viaje a una zona muy poco conocida del norte cordobés y del sur riojano realizado hace seis años, cuya narración quedó postergada hasta hoy. Veremos que me acuerdo todavía…
Siendo pleno invierno, medios viejos que ya estamos, esta vez no le apuntamos ni a la cordillera ni a la Patagonia. No es que el frío haga mella en nuestro ánimo pero…
Eduardo Cinícola, que fue el promotor de este viaje, nos había propuesto un “cálido y placentero” paseo por los Médanos de ENCÓN, un cruce oeste- este de la zona de Guayaguas, para adentrarnos en las Salinas de Mascasín y en los Médanos Negros que la circundan, un enlace de trifinios (límites provinciales de a tres en Pampa de las Salinas, El Cadillo y Salinas Grandes) y un cruce de sur-norte de estas últimas buscando un perdido Mojón del Monte Negro para terminar con un paseo por los pueblos de El Alto de Catamarca.
La cuestión que Eduardo se bajó de la expedición y nos pasó el mando a los sureños Claudio Guanciarossa, Pablo Anastasio y yo, con lo cual sólo para contradecirlo, le cambiamos casi todo el recorrido, quitando algunas partes y agregando otras nuevas.
Así que decidimos entrarle primero a cruzar las Salinas Grandes con su trifinio y su Mojón del Monte Negro, recorrer las ignotas Sierra de Serrezuela y Guasapampa en Córdoba, para luego dirigirnos a Olta y de allí incursionar por las Sierras de Tuani con rumbo sur a Chepes. Posteriormente nos meteríamos en Médanos Negros y Mascasín para finalizar en Guayaguas a la búsqueda de una “famosa” Roca Parada que habíamos visualizado muy de lejos en otra expedición y que el inefable y querido motoquero Néstor Queralt nos refriega frente a las narices cada vez que puede…
Tan buena resultó la propuesta que Eduardo al final se volvió a subir a la expedición: no se podía perder tantos lugares novedosos.
La lista de participantes siempre fue larga desde el principio y después de las habituales subidas y bajadas, quedó la friolera de siete chatas, cantidad medio grande para andar por zonas que presumíamos en su mayoría llenas de tranqueras y propiedades privadas.
Pero a sabiendas que la unión hace la fuerza, sobre todo porque con más chatas hay más chances de comer y beber mejor, quedamos en encontrarnos el sábado a la noche en Recreo para dar inicio al periplo.
En realidad esta vez tenía la intención de viajar solo en la Pampa 02 para vivir de la experiencia «alone» pero sobre el final, recibí el generoso ofrecimiento de Claudio de ocupar la butaca derecha de la Babosa y no pude negarme, así que anclé a Pampa 02 en el garaje para que no se me venga sola a la travesía…
Los participantes fuimos:
Denis Garione y Eduardo Cinícola en la legendaria TLC negra
Hugo Berry Rhys y Rodolfo en la inmortal SW4 gris
Jorge García con Nacho Tirrito en la SW4 ex Nacho
Johan Arndt y Cristian en la SW4, la del freno con clavito
Pablo Anastasio y Marisa en la Costurera II
Julio Sastre y Sonia en inmaculada Sw4, lista para vegetación espinosa
Claudio Guanciarossa y el que suscribe en la Discovery Babosa
Les adelanto un puñado de fotos de lo que les voy a contar en sucesivas entregas:
Salimos temprano de Ayacucho porque hacia el fin del día todos teníamos que volver a casa y todos estábamos relativamente lejos.
El objetivo del día era acceder al nacimiento del Canal 1, donde justo confluyen los arroyos Langueyú y El Perdido y donde las fotos satelitales muestran algo curioso a descifrar; además, si lo lográbamos, era probable que pudiéramos recorrer su traza y salir «off rodad» hacia la Autovía 2, sin embargo, casi todo era incierto porque teníamos que meternos por dentro de campos privados, pero si no probábamos, nunca lo sabríamos.
Objetivo del día: el punto tripartito Langueyú-El Perdido-Canal 1
Siguiendo las vías del extinto ferrocarril Chas-Ayacucho subimos hacia el norte hasta que hicimos la primera parada en la estación SOLANET, que está habitada y donde nos tuvimos que conformar con sacarle fotos desde lejos.
Edificio de la estación SOLANETGalpón de la estación SOLANET
Un poco más al norte encontramos el arroyo El Perdido, donde unas extrañas construcciones nos llamaron la atención. Y por supuesto las investigamos.
Por lo que pudimos deducir se trata de cámaras para medir niveles y caudales, por supuesto en desuso. Como de costumbre, es llamativa la magnitud de las instalaciones en el medio de la nada, que muestra que alguna vez las cosas se pensaron en grande.
El puente del arroyo El PerdidoLa torre que nos llamó la atenciónEl puente y la torre del arroyo El PerdidoEl puente y otra torre al oeste Otra torre o cámara más baja
Seguimos adelante y ahora nos detuvimos en el arroyo Langueyú, donde una frondosa arboleda esconde no solo el puente vial, sino también el puente ferroviario en desuso. Siendo la hora del mediodía y siendo tan hermoso el lugar, fue el elegido para almorzar, donde nos deleitamos con unos bifecitos al disco, que se habían postergado por el raid de ayer.
El sitio resultó un pequeño impensado paraíso, donde la naturaleza en su máxima expresión intenta retomar el control sobre la acción humana.
El mejor ejemplo es un árbol «comiéndose» los perfiles del robusto puente ferroviario de la traza abandonada. Una postal del «mundo sin humanos».
El arroyo Langueyú y su frondoso bosquecitoEl puente vial sobre el LangueyúEl puente ferroviario sobre el LangueyúPreparando el almuerzo bajo el puente ferroviario: modernos crotos en 4×4La naturaleza, implacable, «comiéndose» el puente ferroviario
Poco más adelante llegamos a Langueyú, donde los que no conocían fueron a fotografiar el viejo almacén y su inmaculado surtidor a manija mientras que yo me ocupé de averiguar si podríamos entrar al Canal 1; las primeras tranqueras estaban abiertas pero no encontraba gente a quien preguntar qué seguía más adelante; al final apareció un puestero que me dio la buena noticia que podríamos seguir sin problemas y que también podríamos recorrer el canal de punta a punta, sin camino muy marcado, claro. Avisé por radio a los demás que se vengan.
El surtidor del almacén de Langueyú
Camino a la confluencia de los arroyos, empezaron a aparecer obras hidráulicas complementarias, como canales y puentes-compuerta parecidas a los que habíamos visto en el Canal 5, evidentemente fuera de operación a juzgar por su estado.
Un canal seco que aporta al Canal 1Puente – compuertaCompuertas tipo esclusa
Bordeando este último canal secundario finalmente llegamos al objetivo que buscábamos, la confluencia de los arroyos Langueyú y El Perdido, donde nace el Canal 1, un punto verdaderamente muy singular, nada que ver con el humilde inicio del Canal 5.
Para empezar el lugar es muy bonito por culpa de una frondosa arboleda en sus alrededores y precisamente en el punto de concurrencia, hay una especie de dique que embalsa parcialmente los arroyos.
Allí se genera una pequeña cascada artificial con escalones para disipar energía y evitar la erosión, con bastante caudal en ese momento. El Canal 1 arranca con un cauce de considerable ancho y profundidad pese a que estábamos en una época de relativa sequía (tengan presente que esto fue a fines de 2022)
El Perdido, antes de la confluenciaEl inicio del canal 1El pequeño embalse generado por los arroyos concurrentesEl pequeño embalse genera una pequeña cascada al iniciar el Canal 1Inicio del Canal 1, con un puente aguas aguas abajoLa cascada del Canal 1El pequeño diqueOtra más de la cascada
A partir de aquí, no hay mas huellas transitadas. La única posibilidad es avanzar por el cauce o por los terraplenes del Canal 1 buscando el terreno más parejo posible.
Aclaro que casi todos estos canales tiene un doble cauce: uno central, de unos pocos metros de ancho y más profundo por el que siempre circula agua y dos cauces laterales, de decenas de metros de ancho, limitados por los terraplenes para poder asumir los caudales propios de las inundaciones. Por estos cauces laterales estuvimos circulando.
Sección del canal
Se nota que muy de vez en cuando alguien sale hacia el este por aquí, pero les aseguro que es bastante tortuoso, a tal punto que desinflamos bastante los neumáticos para soportar los saltos constantes.
Hay alambrados que cruzan el canal, pero en todos los casos siempre había tranqueras de alambre que se podían sortear.
A lo largo de los 25 kilómetros de recorrido, volvimos a encontrar el mismo tipo de compuertas que habíamos visto en el Canal 5. No encontramos ningún puente hasta que llegamos al primer camino vecinal, donde había uno muy importante de construcción metálica reticulada.
Abriendo tranquerasTransitando el fondo del canalUna de las tantas compuertas que encontramosMás compuertas a lo largo del canalUno de los canales secundarios que llegan a las compuertasAlambrados que cruzan el canalTranqueras de alambre que nos dejaron pasarEl cauce se vuelve barrancosoA lo lejos, el primer puenteHermoso puente metálico con viga invertida
Llegado a este punto, si bien teníamos ganas de continuar por este canal hasta la Autovía 2, no nos daban los tiempos, así que apuramos el regreso a través de caminos vecinales que nos depositaron cerca del famoso parador «Al ver verás» pero antes nos detuvimos a curiosear en la estación PARRAVICINI, donde había máquinas destinadas al cambios de vías que no podíamos dejar de ver.
Casi estacionamos arriba del andén…Vagones con balasto esperando ser descargados en las víasMáquina alineadora de rieles
La estación Parravicini
La grata sorpresa fue que lo que de casualidad se nos había negado el día anterior por unos minutos en Dolores, ahora de pura casualidad se nos brindó en Parravicini: justo venía un tren desde Mar del plata que además iba intercambiar el testigo con el jefe de estación.
Filmado por Andres Pino
Y aquí se terminó este recorrido por canales bonaerenses, que seguramente continuará apenas podamos. Hay todavía mucho por investigar.
Dejamos LABARDEN por un camino vecinal que se aleja momentáneamente del ferrocarril pero siguiendo el viejo acueducto Ayacucho-Dolores, cuyos respiraderos sobre la Autovía 2 son siempre tema de conversación y que ahora aparecen bordeando este camino.
Por supuesto paramos a tratar de ver algo más de cerca pero no nos pudimos sacar ninguna duda en el terreno porque estos «totems» son inaccesibles. Generalmente estas construcciones alojan válvulas automáticas combinadas de aire que permiten la eliminación de bolsones de aire que se generan por burbujeo y se acumulan en los puntos elevados y también permiten el ingreso de aire en el caso de vaciado. Otras veces en los puntos bajos de la cañería hay válvulas manuales de drenaje para vaciado y tomas de agua para ganadería. Las que se ven aquí y en la Autovía 2 parecen ser del primer tipo.
Este acueducto tiene más de 50 años y distribuye agua desde pozos que la obtienen en Ayacucho pasando por Fair, Labardén, Maipú y General Guido y Dolores pero llama la atención que no es posible conseguir información histórica fácilmente, de una obra tan trascendente.
Respiraderos con válvulas para purga de aireParece ser una toma de agua en desuso
Al llegar a FAIR nos encontramos con la estación con mucha actividad de obra en construcción, en consonancia con lo que nos habían informado en Labardén.
Maquinaria vial, pilas de durmientes nuevos y viejos y las vías destapadas recientemente hacen renacer la esperanza que alguna vez este ramal vuelva, aunque desde esta visita al día de hoy (agosto 2023) no hay fecha cierta de reinicio.
La estaciónLa estación y maquinaria vialLas vías hacia AyacychoEl galpón con una forma de techo curiosaLa estación y maquinaria vialDurmientes nuevos y viejosLas vías hacia LabardénLas vías hacia Labardén
Pensar que este ramal se inauguró en 1885 y ahora en 2023, apenas si somos capaces de poner las vías en condiciones…
El nombre de la estación es un homenaje a Juan FAIR, vicecónsul de Inglaterra en Bs As y miembro del primer Directorio del Ferrocarril del Sud en 1861.
Con el advenimiento del ferrocarril, se generó un pequeño poblado cuyo epicentro eran la escuela y un boliche de ramos generales, que aún sobreviven.
En el almacén aún hay muchas cosas interesantes empezando por la amable atención de la dueña y por la cantidad increíble de reliquias de épocas pasadas, mezcladas con artículos actuales.
Se respira pasado…
Almacén de Ramos generales en su estado casi original pero funcionandoConviven productos actuales con el baqueteado mostrador de estañoLo que se te ocurra, acá está!Hay de todo!Papel higiénico RAMBLA???Ginebra BOLS y Hesperidina BAGLEYBalanza de cocina
Cancha de Bochas, aún en uso
Dejamos FAIR para dirigirnos a AYACUCHO a almorzar y después a ir investigar el Canal 5 para cerrar el día, que por suerte nos había perdonado climáticamente.
Salimos lloviendo de la estación de servicio y nos asomamos a los caminos que bordean el canal 9 y realmente estaban bastante embarrados. No hubiera sido un gran problema meternos porque se trata de huella sobre los terraplenes que bordean el canal donde hubiéramos podido andar pero al desembocar en caminos vecinales nos exponíamos a tener problemas con la policía por la «prohibición de circular hasta 72 horas después de una lluvia». Entonces cambiamos de planes y de algún modo haríamos el circuito en reversa, tratando que al menos la mañana discurra por sectores con asfalto esperando que la lluvia se desvanezca.
No estaba en los planes pero primero pasamos a visitar la estación de DOLORES
Esta estación a mi criterio es una de las más lindas por su estado de conservación, su entorno arbolado y porque está parcialmente sobre una curva, lo que le da un toque especial.
En el verano se destacan el denso follaje y la profunda sombra de los enormes y añosos plátanos de sus andenes, pero en el otoño y el invierno, las hojas secas la engalanan con su manto dorado. Siempre que puedo paso a sacarle fotos pero no tenía fotos después de una lluvia, de modo que esta fue una nueva experiencia.
Y las novedosas fotos salieron muy lindas!
La única pena fue que cuando estábamos mirando los horarios, resulta que unos diez minutos antes de nuestro arribo había pasado el tren rumbo a Mar del Plata y nos perdimos. Hubiera sido un hermoso bonus track.
Esquivando los caminos de tierra tomamos la Autovía 2 hacia el sur . Como anunciaba el pronóstico, la lluvia se fue replegando y al llegar a Maipú ya había cesado, a tal punto que optamos por ir Labardén por el camino de tierra más corto. Había un poquito de barro pero nada relevante, sólo lo suficiente para ensuciar las chatas. Unos kilómetros antes de Labardén, el camino de tierra se hizo de asfalto y en esas condiciones llegamos a la estación, que curiosamente está en las afueras del pueblo, lo que hace suponer que el poblado fue anterior al paso del ferrocarril. Sin embargo no es así, el tren llegó antes (1890) y el fundador del pueblo Gumersindo Giles, lo implantó a casi un kilómetro de las vías, dentro de tierras de su propiedad, vaya a saber porqué. No obstante el pueblo tomó el nombre de la estación.
Originalmente la estación se llamo Rodríguez, que era el apellido de quien había donado las tierras, pero por alguna desavenencia con el ferrocarril la donación se convirtió en venta de los terrenos y entonces se le impuso el nombre de Labardén, queriendo homenajear a Manuel José de Lavardén, pero por algún extraño motivo le erraron y apareció con b larga. Si bien se quiso subsanar la situación, nunca se logró corregir el error y la estación y el pueblo quedaron con el nombre cambiado.
La novedad fue al ingresar a la estación nos encontramos que se estaban reparando las vías y según nos dijo el cuidador del obrador de la empresa que estaba trabajando, lo estaban haciendo para restablecer el ramal hasta Tandil, en una primera etapa hasta Ayacucho.
Las vías al menos estaban destapadas y había montañas de durmientes descartados, lo que indicaba que se estaban cambiando. Ojala esto se concrete aprovechando el marplatense que pasa por Maipú como combinación.
Aclaración: esta visita fue en octubre 2022 y al día de hoy, agosto 2023, no hay noticias que esto se haya implementado…
Lo mejor vino después, cuando entramos al pueblo.
LABARDEN es una maravilla de tranquilidad, limpieza y orden. h
Hay muchas fachadas y ochavas restauradas y se conservan muchos elementos de épocas pasadas que da gusto ver. Nos recorrimos gran parte del pueblo llenándonos la vista de hermosas imágenes antes de continuar nuestro periplo rumbo a FAIR y AYACUCHO. Disfruten de las fotos.
Tiempo atrás, los días posteriores a la pandemia, Adriana y yo solos ya habíamos estado metiendo las narices por el Canal 15 y por el Canal 9.
Nos habían quedado muchas cosas pendientes y entonces el año pasado, en octubre 2022, se organizó una partida de amigos para ir a recorrer la zona de los canales alrededor de Dolores, sumando algunos pueblos y estaciones ferroviarias a la pasada.
El fin de semana que elegimos amaneció con lluvias pero el pronóstico decía que solamente se circunscribirían al sábado por la mañana, así que no postergamos la salida pese al riesgo de encontrar caminos embarrados no solo difíciles de transitar (eso era lo de menos) sino que además en la mayoría de ellos podría haber prohibición de circular para no estropearlos.
Si el clima y las condiciones no nos permitían andar, de todos modos nos juntaríamos con amigos a pasar un buen rato ya que al fin y al cabo teníamos reservada una cabaña en Ayacucho para el sábado donde un asado podía arreglar todo.
Fuimos de la partida Andrés Pino, Eduardo Sember, Eduardo Cinicola, Elsa Ons, Adriana y yo, aunque durante un buen rato del sábado Pedro Gutovnik, que andaba de gira por ahí, también se sumó.
Nos encontramos en la YPF que está antes de Dolores a desayunar, mientras la lluvia arreciaba y parecía que nos arruinaba el paseo.
La idea original era entrar por el canal 9 hacia el oeste hasta el Puente del 80 y después ir bajando, previo asomo al inicio del canal 1, hasta Labardén, Fair y Ayacucho, donde pernoctaríamos, y dejar para el domingo algo de los canales 5, 1 y 2 y después volvernos a casa. Justo la lluvia torrencial caía sobre la parte inicial del recorrido…
Cuando uno se asoma a esta perdida estación dentro del monte pampeano, nunca puede imaginar la importancia que tuvo en el pasado.
Solamente ver los talleres ferroviarios que albergó para atender de cuatro formaciones a la vez y dónde se reparaban las viejas calderas de vapor, le dan a uno una idea del movimiento que debió haber aquí.
Hay un barrio ferroviario con muchas casas, la mayoría destruidas y hasta todavía existe una pileta olímpica de natación, obviamente abandonada, que fue la segunda pileta publica habilitada en La Pampa construida en la década del 40.
Dentro de la cercana estancia HUCAL, origen del poblado y donadora de las tierras para el ferrocarril hay una impresionante capilla, en excelentes condiciones que no pudimos visitar por una tranquera con candado.
Y la estación está allí, con sus nomencladores y sus vías resistiendo el tiempo gracias a una asociación «Hucal Despierta» que se ha propuesta preservarla para promover actividades turísticas y culturales.
Una visita que vale la pena hacer para viajar en el tiempo…
Llegando a HUCAL
Nomenclador en la pared
La vieja estación
El anden, hacia el sur
Solitario andén de HUCAL
Andén, hacia el sur
Galpón
Andén hacia el norte
Exterior de los talleres
Interior de los talleres
Interior de los talleres
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COTITA
Mil veces pasé por RN35 y nunca me había dado cuenta que ahí nomás estaba la estación Cotita, que había visto en los mapas en alguna oportunidad. El monte de caldenes tapaba todo y la verdad creía que nada existía.
Como ahora andábamos con tiempo y curiosidad, nos internamos por una huella esperando no encontrar nada y grande fue la sorpresa de al menos encontrar el andén y los nomencladores, con el terreno limpio de de vegetación. Luego me enteré que un grupo de entusiastas ferroviarios había estado manteniendo el lugar y por eso era accesible.
El nombre “Cotita” surgió del apodo con el que fuera conocida Mariana Juana Cambaceres, hija del primer dueño de la estancia Hucal, en La Pampa.
Al organizarse dicho predio rural hacia fines del siglo XIX, a uno de sus campos se le asignó el nombre de “La Cotita”. Culminando la segunda década del siglo XX, sobre esas tierras había avanzado el cultivo de trigo y un ferrocarril pionero en la región las transitaba desde hacía más de veinte años, aportando la logística de transporte para llevar el cereal cosechado hacia el puerto de Bahía Blanca. Con esa función, se había conformado un desvío ferroviario hacia el límite noreste del campo La Cotita.
Por la magnitud que habían alcanzado sus instalaciones, se le otorgó la categoría de estación con el nombre de “Cotita” en 1919, obteniendo su habilitación pública oficial en 1920 para prestar servicio de cargas, pasajeros y telégrafo en el ramal ferroviario Bahía Blanca al Noroeste. El edificio de la estación fue construido con chapas de zinc y madera, teniendo como unidades anexas una pequeña casa con paredes de ladrillo, para el jefe de la misma, y dos galpones para el almacenamiento de granos. Nade de eso existe ahora.
Su población apenas llegó a superar los 40 habitantes, hacia mediados del siglo pasado. Los servicios de Cotita incluían, además de la estación ferroviaria, una escuela de nivel inicial, un destacamento policial, una herrería, dos silos para acopio de cereales y un comercio de ramos generales, propiedad de la familia Mondelo, que incluía venta de pan, carne y leña, expendio de combustibles líquidos y servicio de estafeta postal.
La información que resumí más arriba fue extraída de aquí
Nomenclador de La Cotita
El solitario andén
Al fondo, ahora que está despejado se puede ver la RN35, ahí nomás
AVESTRUZ
Saliendo de Guatraché hacia el este, al ingresar a la provincia de Buenos Aires por la RP76, a mano derecha un solitario y enorme tanque de agua de ladrillos, revela que hubo una estación ferroviaria.
Mirando el GPS descubrimos que se trataba de la estación AVESTRUZ, perteneciente al famoso ramal de «los bichos» (Tres Cuervos, Víboras, Avestruz).
Por supuesto desviamos por una huella precaria y nos acercamos, comprobando que además del tanque de agua, también existían todavía el andén y la plataforma de un galpón, seguramente desmantelado. No pasan más trenes por aquí hace rato.
El enorme tanque de aguaEl anden oculto en el pastizal
La plataforma del galpón desaparecido
BORDENAVE
Siguiendo la RP76, nos salteamos Darragueira porque nos habíamos consumido mucho tiempo y no teníamos definido donde parar a dormir o acampar.
Sin embargo antes de tomar el desvío a Puán, donde podíamos llegar a recalar, se nos puso tan cerca la estación BORDENAVE, que no quedó otro remedio que ir a verla…
Por aquí si pasan trenes y la estación está bien conservada y se trata de una vivienda particular donde además funciona un restaurante-rotisería-heladería «Lo de Patricia»
Por lo que luego pude leer en Internet, Bordenave merece dedicarle más tiempo a una visita ya que este tranquilo pueblo tien varios atractivos que dejamos pasar: El Paseo de los Caldenes, la plazoleta Bautista Bordenave, la Capilla San Antonio y entre otros, también se encuentra el Paraje El Pincén.
Será para otra vez.
Estación Bordenave desde el sur
Nomenclador de Bordenave
Estación Bordenave, con su corralito de seguridad.
Galpón de cargas
Lo de Patricia, en el frente de la estación, hacia el pueblo
PUAN
Llegamos a PUAN con la idea de acampar al costado de la laguna, ya que era loque seinfería de lo que veníamos leyendo en Internet. Sin embargo nos encontramos con un bonito lugar para pasar una tarde y hacer un picnic, pero no para pasar la noche, ya que el parque municipal no está cercado y rodeado por el poblado, sin instalaciones para campamento.
Así que seguimos pensando ahora en Guaminí y Cochicó pero a la pasada se nos cruzó la estación, así no quedó otra que asomarnos a verla. Actualmente funciona como estación de cargas y comparte su funcionalidad como terminal de ómnibus.
Estación Puán, a través de las patas el tanque de aguaEstación con andén anulado por instalaciones de la terminal de ómnibusPlayon de estacionamiento en el frente de la estaciónLa locomotora 6612 «Gloria» haciendo maniobras
En el derrotero hasta LA ADELA, nos encontramos con la grata sorpresa del excelente estado de conservación de NICOLÁS LEVALLE, la cual indudablemente está preservada por alguna organización pese a que no presta servicio alguno, salvo ver pasar trenes cargueros.
Desde la estación, salían desvíos salineros que llegaban al cargadero de vagones al cual arribaban por la vía de trocha angosta trenes con cargamentos de sal desde las salinas La Aurora y Las Barrancas.
Entre la década de los años 80 y 90 ambos cargaderos fueron sacados de servicio y se reemplazaron por camiones que cargan la sal en las respectivas salinas y la llevan a los distintos puntos de consumo.
Algunas referencias a estos ramales salineros se pueden leer cliqueando sobre el resaltado. (Al principio habla de Anzóategui, pero más abajo se refiere a las salinas cercanas a Levalle)
El desolado andén de Levalle pero en perfecto estado de conservación
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Salimos satisfechos a la ruta en busca de la próxima estación y nos topamos con ALGARROBO , cuyo poblado se llama JUAN COUSTÉ. Es una tranquila localidad de unas 5000 almas con aspecto muy prolijo, con una estación bastante conservada, pero que no presta servicio alguno.
En el mismo, además de mencionar que Juan Cousté fue un importante hacendado de la zona que también fue Intendente del Partido de Villarino, lo que explica el nombre. Pero lo más curioso es que la zona estuvo envuelta en un aparente hallazgo de petróleo mientras buscaban agua para riego , que derivó en una serie de interesantes conflictos por permisos de cateo por algo que luego no tuvo entidad.
El nomenclador de ALGARROBO
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Siguiendo nuestro recorrido ferroviario nos tocó la desolada MONTES DE OCA, donde salvo el nomenclador, el andén, algunos escombros y un enorme cactus, no hay nada más. Aquí nunca hubo poblado o al menos no hay vestigio alguno.
El camino de acceso a MONTES de OCA
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Más adelante, «encontramos» por llamarlo de algún modo, lo que queda de GAVIOTAS, donde claramente se ha demolido casi todo, donde únicamente quedó claramente visible el enorme tanque de agua.
Los restos de GAVIOTAS
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Por último, intentamos llegar a ANZOATEGUI, que si curiosearon el enlace de ramales salineros previo, notarán que también tuvo pasado ferroviario salinero. No pudimos llegar porque una tranquera con candado, carteles disuasivos y una cámara de seguridad, sugerían no intentar entrar. No obstante logramos sacar unas fotos desde lejos que nos revelaron una arquitectura diferente al resto de las de las de este ramal, con esa sucesión de construcciones con techos a dos aguas perpendiculares a las vías. Escondido se alcanza a ver el nomenclador.
Ir al sur argentino desde Buenos Aires implica muchos kilómetros de ruta que de algún modo hay que amortizar. Por eso, además del objetivo final, es importante tratar de encontrar objetivos intermedios que hagan más entretenido y llevadero el viaje.
Eso es lo que hicimos con mi esposa este febrero 2023 cuando decidimos volver a visitar el Parque Nacional Perito Moreno en el norte de Santa Cruz, a más de 2500 km de casa.
Un asomo al viaje a través de Relive
DIA 1: Florencio VARELA – LA ADELA:
Salimos de Florencio Varela el lunes 12 de febrero por la mañana con la idea de pernoctar en La Adela, provincia de La Pampa, a 850 km de casa.
El entusiasmo de las primeras horas de vacaciones después de un largo año sin viajes extensos, nos hizo viajar raudamente hasta Bahía Blanca sin paradas, solamente las obligadas para reponer combustible y cargar los mapas en en el GPS que misteriosamente habían desaparecido, en la casa de mi amigo Pablo.
Como el tiempo nos sobraba, a partir de allí iniciamos nuestras escalas intermedias, visitando estaciones ferroviarias, un clásico de nuestros viajes. Muchísimas veces pasamos por la ruta 22 y siempre dejábamos para otra vez visitar algunas de las estaciones del ferrocarril del Sud y esta vez no íbamos a postergarlas. Desde Bahía Blanca hasta Médanos ya las conocíamos, pero de allí en adelante no, así que procedimos a hilvanarlas en serie, sin saltear ninguna.
Cayendo la tarde nos alojamos en el complejo PAMPAS AL SUR completamente recomendable para pasar la noche después de intensos casi 1000 kilómetros del primer día de viaje.
DÍA 2: De La Adela a Los Altares (13 de febrero de 2023)
Hoy fue un día tranquilo de enlace, disfrutando de la compañía, del paisaje y del manejo, que tanto me gusta.
Le pegamos de un tirón hasta Arroyo Verde, donde paramos a comer algo en el acceso a Puerto Lobos, donde verifique que la ruta que viene de Cona Niyeu existe pero tiene una tranquera con quinientos mil candados, y después hicimos una fugaz visita a Puerto Madryn para visitar el terreno que tenemos allí.
Luego hasta Trelew por la nunca terminada Autovía 3 y de allí derecho por la RP25 hasta Los Altares, donde nos alojamos en la hermosa y remozada hostería del Automóvil Club.
Revisando cómo crecen los alpatacos en nuestro terreno en MadrynEstación Transformadora Loma Blanca Este, cuya construcción me tocó dirigir a distancia durante la pandemia.Solitaria RP25 antes de llegar a Las PlumasFormación «El Barco», en el valle de Los Altares
DÍA 3: De Los Altares a Lago Pueyrredón (14 de febrero de 2023)
Con mucho entusiasmo por ser el último día de enlaces para entrar al primer «teatro de operaciones» de la cordillera santacruceña, seguimos por la RN25 un buen trecho hasta tomar el atajo por la RP 63 que te deja en San Martín, acortando muchos kilómetros. La están asfaltando y será una excelente opción una vez que la terminen, aunque falta bastante.
Una vez en la RN40, después del desvío a Aldea Apeleg (vieja ruta 40) el pavimento se vuelve una sinfonía insoportable de pozos y baches, una verdadera vergüenza para nuestra emblemática ruta turística. Tal es así que decidimos entrar a Facundo para ir hasta Río Mayo por el ripio de la RP43 y evitarlos. El desvío, al margen del esquive de los pozos, te permite conocer el hermoso valle de Facundo regado por el río Senguerr y por otra parte está en muy buen estado, retrotrayéndote a los viejos caminos de ripio patagónicos.
Los vergonzosos pozos de la RN40
Facundo y el valle del río Senguerr
En algún lugar de la RN40 antes de Bajo Caracoles
Dejamos la RN40 en Bajo Caracoles para romar la RP39 rumbo a Lago Posadas, donde pasamos los siguientes días.
DÍAS 4 y 5 : Descanso en Lago Pueyrredón (15 y 16 de febrero de 2023)
Los detalles de esos días y lo que hicimos lo pueden leer haciendo clic AQUÍ
DÍA 6 : La nueva RP41 (17 de febrero de 2023)
Luego de la placentera estadía en esta zona, encaramos la nueva RP41 para dirigirnos al Parque Nacional Perito Moreno, donde también nos quedaríamos unos días en la estancia La Oriental, visitando a mi querido amigo Eduardo Lada.
La nueva RP41, habilitada únicamente para vehículos 4×4, sigue siendo un atractivo muy interesante, aunque vale aclarar que también sigue siendo un trayecto muy solitario que requiere cierto espíritu de aventura y sacrificio, ya que cualquier problema que uno tenga (una lluvia inesperada, un par de pinchaduras, un desperfecto mecánico,etc.), puede implicar pasar una noche a buena altura en la cordillera con mucho frío, ya que hay muy poco tránsito diario para recibir ayuda. Aprovecho para decir que no es muy racional meterse con un vehículo 4×2, mucho meno si no es lo suficientemente alto o si se lo intenta en solitario. Conviene encararla temprano en la mañana para tener chance de cruzar algún vehículo a lo largo del día.
En mi caso, ya la hice varias veces, conozco el terreno y por otra parte tengo la experiencia para bancar alguna dificultad de este tipo. Y pese a a haberla hecho varias veces, me sigue gustando apreciar los increíbles paisajes que atraviesa.
El istmo entre los lagos Posadas y Pueyrredón
Un mirador en la parte más elevada de los caracoles
El cerro Belgrano asoma en el horizonte
La precaria huella en la parte más alta del recorrido
La bajada hacia el Parque nacional perito Moreno, con el río y el lago Belgrano a la vista
La emblemática rueda de carreta que marca el acceso a la estancia La Oriental
Estancia La Oriental
DÍAS 7 y 8 : El Parque Nacional Perito Moreno (18 y 19 de febrero de 2023)
Las dos narraciones de más abajo, resumen lo más relevante de nuestra estadía en mi lugar en el mundo:
DÍAS 8 y 9 : Enlace y estadía en El Bolsón (20 y 21 de febrero de 2023)
Ya habíamos emprendido el largo regreso pero fue tan rápida la salida del parque y la ruta hasta Rpio Mayo, que en vez de salir por Sarmiento, decidimos a pasar a ver a nuestros amigos Guillermo y Elcira en El Bolsón.
Como algo novedoso, después de compartir una cena y un almuerzo con ellos, fuimos hasta Epuyén, donde nos animamos a entrar al famoso Laberinto, emplazado en un jardín espectacular. Muy recomendable y divertida su visita.
La entrada (o la salida) del PNPM por la RP37
Entrando a la RN40 con el cerro Las Horquetas de fondo
Almacén abandonado El Olnie, sobre la RN40
Álbum de El Laberinto de Epuyén:
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DÍA 10 : De El Bolsón a Viedma (22 de febrero de 2023)
Al final del día, terminamos acampando en la laguna de Cochicó, que al ser un día de semana, estaba muy tranquilo.
El lugar de acampe es muy agradable y tiene sanitarios en buenas condiciones.
Campamento
Atardecer en la laguna
DÍA 12 : De Cochicó a casa (24 de febrero de 2023)
Nos levantamos temprano con la idea de llegar rápido a casa. Sin embargo se nos empacó Pampa 02 y nos hizo renegar bastante hasta que misteriosamente comenzó a funcionar normal de nuevo, como si hubiera pasado mal la noche.
Pero no fue todo. en el km 114, cerca la laguna de Lobos se plantó y quiso seguir.
Terminamos llegando a casa sobre una plancha, lo que no empañó un viaje espectacular: al fin y al cabo Pampa 02 no se portó tan mal: el mismo desperfecto en cualquier otro lugar alejado hubiera sido un verdadero problema.
Hicimos 6300 km andando y 120 en una plancha. Los fierros son así…
Que se le va a hacer. Después de todo la tengo que perdonar…
En todos mis viajes siempre hay algún tiempo dedicado a visitar estaciones ferroviarias que no conozco o volver a relevar algunas después de algún tiempo. A las de de Línea Roca de la Línea Sur, despacito las voy conociendo a todas y en este último viaje, estuve en tres que nunca había visitado y en una donde renové los votos. No me quedan muchas más por conocer pero ya van a caer…
NENEO RUCA
Ya un par de veces me había quedado con las ganas de conocerla por cuestiones de tiempo, pero esta vez decidí no postergarla más. No está muy lejos de la RN 23, a unos 12 kilómetros, entre Pilcaniyeu y Comallo. Al desviarnos de la ruta, primero es una huella vecinal que va hilvanado estancias pero al cruzar las vías y apuntarle a la estación, pasa a ser una huella muy poco pisada que se interna en unas interesantes serranías junto con el terraplén ferroviario.
En un momento se atraviesa un especie de cañón bastante angosto al costado de las vías y luego el paisaje se abre en una gran planicie donde a lo lejos se divisa un tanque de agua. Al acercarnos, también alcanzamos a ver un nomenclador de madera y al llegar allí, también encontramos el borde de un andén de material mas escombros de lo que seguramente fue alguna dependencias ferroviaria. Llegamos NENEO RUCA
La soledad es suprema y realmente me dio mucho placer poder llegar hasta allí, donde seguramente alguna vez hubo actividad. Al regreso, cuando publiqué unas fotos en facebook, un amigo me acercó un artículo sobre un importante accidente ferroviario entre un tren de carga y uno de pasajeros que había acontecido en las cercanías, cuya crónica esta aquí
Serranías por donde se accede a NENEO RUCAEl viejo tanque de agua sobrevive como puede, con medio techoEl anden donde alguna vez algún pasajero esperó el trenEl nomenclador, donde con mucha imaginación todavía se lee NENEO RUCA
EMPALME
Después de NENEO RUCA, seguimos viaje hacia el este; de aquí en más la mayoría ya las había visitado, pero el aspecto de EMPALME nos llamó la atención.
Allá por 2010, anduve por acá. Estaba nevando un poco y el edificio estaba completamente abandonado. Había leído no hace mucho, que con motivo de los viajes turísticos de La Trochita entre Ingeniero Jacobacci y Ojos de Agua, la iban a volver a utilizar. Con mucha alegría encontré que ahora se lo había puesto en valor y que efectivamente era una parada activa de este nuevo emprendimiento.
Su nombre original era Desvío Km 648, ya que allí se abren los ramales a Esquel y a Bariloche que entre este punto y Ingeniero Jacobacci comparten un riel, ya que son trochas diferentes.
Nueva estación EmpalmeParece mentira ver algo puesto en valorLos dos viejos vagones son la cocina y deposito de la confitería que hay en el edifico principalEstación Empalme con nuevo anden para La TrochitaLos viejos vagones de La Trochita siguen ahí, en el olvido, en una vía muerta
Álamo bandera en Empalme
PERCY SCOTT
El largo camino de la RN 23 lo fuimos transitando sin más problemas que una pinchadura de cubierta en Aguada de Guerra. No teníamos muchas expectativas de nuevas estaciones a visitar porque en el pasado, las que nos faltan siempre se nos negaron por tranqueras con candado. No obstante cada vez que pasamos cerca de alguna nos asomamos para ver si el candado no está. Y esta vez, en una huella que acercaba a PERCY SCOTT, la tranquera no tenía candado!
Entramos y nos dejamos guiar por el GPS, que nos llevó a cruzar las vías y luego doblar hacia el este unos dos kilómetros. Pero por más que prestamos atención no encontramos indicio alguno de estación o apeadero, aunque sea unos escombros. Quisimos creer que un insignificante ensanche del terraplén y unos postes de madera cerca del kilómetros 246 era lo que buscábamos, pero sabíamos que únicamente era para justificarnos. PERCY SCOTT no existía..
Al volvernos, con otra perspectiva, al cruzar las vías, unos 200 metros al oeste, lejos de la posición que nos marcaba el GPS había algo. Dejamos la chata sobre la huella con el entusiasmo renovado, fuimos a investigar. Y entonces, con gran alegría, encontramos el andén; estaba ahí nomás pero con los datos equivocados casi lo perdemos. No hay mucho más, solamente encontramos los restos de un contrapiso sin siquiera escombros de alguna vieja construcción. Pero la encontramos! Y Raine Golab, donde quiera que estés, supongo estarás satisfecha que lo logré: tantas veces hablamos de este lugar y finalmente apareció.
La huella después de cruzar las vías, donde divisamos algoAndén de Percy ScottAndén de Percy Scott con PenélopeNosotros sobre el andén, contentos con el hallazgoAdemás del andén, este contrapiso es lo único que quedó.
CARMEN DE PATAGONES
El periplo de la RN 23 y posterior RN 03 nos puso en San Antonio Oeste frente al cruce con un carguero proveniente del yacimiento de caliza de ALPAT en Aguada Cecilio; por lo menos algunos trenes andan… Como todavía no era muy tarde seguimos hasta Viedma, donde nos alojamos y pasamos la noche, previo a una riquísima cena en un restaurante de la Costanera, desde donde se podía apreciar la iluminada Carmen de Patagones.
Un carguero de caliza de ALPAT proveniente de Aguada Cecilio cruzando la RN 03Carmen de Patagones nocturna, desde la costanera de ViedmaLa iglesia de Nuestra Señora del Carmen, en Carmen de Patagones
Después de desayunar en el hotel, cruzamos por el viejo puente ferrovial y nos dimos una pequeña vueltita por el centro de la pintoresca Carmen de Patagones, que sin duda merece mucho más tiempo. Pero, por ahora, el interés era conocer la vieja estación ferroviaria maragata del confín de la provincia de Buenos Aires, que está bastante alejada del centro de la ciudad. Enfrente de la estación se encuentra en una plazoleta la primera locomotora «LA Maragata» que llegó aquí hace más de 100 años, en 1922. La estación esta en muy buenas condiciones y allí funciona el Centro de Formación Profesional N°401; se nota que la han puesto valor no hace mucho y la verdad que está muy linda, como si estuviera preparada para recibir tráfico pronto. Había un rumor que el Tren Patagónico saldría de allí pero las vías no parecen haber sido usadas recientemente.
«La Maragata», Monumento Histórico Nacional, fue la primera locomotora que llegó aquí hace más de 100 añosNomenclador de la estación, muy lejos de la estación, pero está!La mítica estación de Carmen de PatagonesAndén principal de Carmen de Patagones, sin tráfico pero en muy bien estado edilicioAndén principal de Carmen de PatagonesAndenes principal y secundario de Carmen de Patagones, parecen listos para recibir pasajeros
Tristeza de ver un andén así, vacío y abandonado en el confín de la provincia.
Que lindo sería ver pasajeros y trenes aquí
Visitas realizadas entre el 22 y 23 de febrero de 2023