22 de octubre de 2022
Salimos lloviendo de la estación de servicio y nos asomamos a los caminos que bordean el canal 9 y realmente estaban bastante embarrados. No hubiera sido un gran problema meternos porque se trata de huella sobre los terraplenes que bordean el canal donde hubiéramos podido andar pero al desembocar en caminos vecinales nos exponíamos a tener problemas con la policía por la «prohibición de circular hasta 72 horas después de una lluvia». Entonces cambiamos de planes y de algún modo haríamos el circuito en reversa, tratando que al menos la mañana discurra por sectores con asfalto esperando que la lluvia se desvanezca.
No estaba en los planes pero primero pasamos a visitar la estación de DOLORES
Esta estación a mi criterio es una de las más lindas por su estado de conservación, su entorno arbolado y porque está parcialmente sobre una curva, lo que le da un toque especial.
En el verano se destacan el denso follaje y la profunda sombra de los enormes y añosos plátanos de sus andenes, pero en el otoño y el invierno, las hojas secas la engalanan con su manto dorado. Siempre que puedo paso a sacarle fotos pero no tenía fotos después de una lluvia, de modo que esta fue una nueva experiencia.
Y las novedosas fotos salieron muy lindas!
La única pena fue que cuando estábamos mirando los horarios, resulta que unos diez minutos antes de nuestro arribo había pasado el tren rumbo a Mar del Plata y nos perdimos. Hubiera sido un hermoso bonus track.
Esquivando los caminos de tierra tomamos la Autovía 2 hacia el sur . Como anunciaba el pronóstico, la lluvia se fue replegando y al llegar a Maipú ya había cesado, a tal punto que optamos por ir Labardén por el camino de tierra más corto. Había un poquito de barro pero nada relevante, sólo lo suficiente para ensuciar las chatas. Unos kilómetros antes de Labardén, el camino de tierra se hizo de asfalto y en esas condiciones llegamos a la estación, que curiosamente está en las afueras del pueblo, lo que hace suponer que el poblado fue anterior al paso del ferrocarril. Sin embargo no es así, el tren llegó antes (1890) y el fundador del pueblo Gumersindo Giles, lo implantó a casi un kilómetro de las vías, dentro de tierras de su propiedad, vaya a saber porqué. No obstante el pueblo tomó el nombre de la estación.
Originalmente la estación se llamo Rodríguez, que era el apellido de quien había donado las tierras, pero por alguna desavenencia con el ferrocarril la donación se convirtió en venta de los terrenos y entonces se le impuso el nombre de Labardén, queriendo homenajear a Manuel José de Lavardén, pero por algún extraño motivo le erraron y apareció con b larga. Si bien se quiso subsanar la situación, nunca se logró corregir el error y la estación y el pueblo quedaron con el nombre cambiado.
La novedad fue al ingresar a la estación nos encontramos que se estaban reparando las vías y según nos dijo el cuidador del obrador de la empresa que estaba trabajando, lo estaban haciendo para restablecer el ramal hasta Tandil, en una primera etapa hasta Ayacucho.
Las vías al menos estaban destapadas y había montañas de durmientes descartados, lo que indicaba que se estaban cambiando. Ojala esto se concrete aprovechando el marplatense que pasa por Maipú como combinación.
Aclaración: esta visita fue en octubre 2022 y al día de hoy, agosto 2023, no hay noticias que esto se haya implementado…
Lo mejor vino después, cuando entramos al pueblo.
LABARDEN es una maravilla de tranquilidad, limpieza y orden. h
Hay muchas fachadas y ochavas restauradas y se conservan muchos elementos de épocas pasadas que da gusto ver. Nos recorrimos gran parte del pueblo llenándonos la vista de hermosas imágenes antes de continuar nuestro periplo rumbo a FAIR y AYACUCHO. Disfruten de las fotos.